20 ; llavero del perrito amarillo

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—Entonces...

—¿Entonces? —sonrió San.

—Déjame recapitular toda la información que me dijiste y lo que me acabas de enseñar —asintió Wooyoung con el ceño fruncido.

Comenzó a pensar en todo lo que San le contó y enseñó. Dahyun constantemente le decía que su ex le bombardeaba con mensajes diciéndole que la extrañaba y que querían volver, pero en realidad ella era quien lo bombardeaba con mensajes, ella también decía que le arruinaba las citas con otros chicos, pero en realidad era ella quien saboteaba sus citas al enviarle constantes mensajes a San y eso hizo que los otros muchachos perdieran interés. Dahyun decía que la acosaba y no la dejaba en paz cuando en realidad era al revés y todo eso lo comprobó con los mensajes de San y Dahyun ya que el pelinegro se los enseñó amablemente para que viese que no estaba mintiendo.

Wooyoung frunció el ceño, ¿por qué Dahyun le mintió tanto? Él no le iba a juzgar si le decía que no podía superar al muchacho, al contrario le ayudaría, le apoyaría emocionalmente, haría lo que fuese por verla feliz y hacerle saber que la vida es más que buscar una relación, pero no entendía por qué hizo eso.

—Concluyo que... esto está muy mal —rió nervioso— no entiendo, ¿por qué ella haría algo así?

—Es lo que tampoco entiendo, cuando me dijiste todo eso me causaba gracia porque... eso era lo que ella hacía —se encogió de hombros.

—Esto... no entiendo, tampoco entiendo lo que hizo hace rato.

—Eso me tomó por sorpresa, pero tranquilo no pienso volver con ella, lo nuestro ya pasó —sonrió— fue lindo, jamás me arrepentiré, pero algo cambió y yo no me sentía cómodo...

—Ya veo —suspiró sin ganas.

—Bueno, gracias por venir Wooyoung.

Se levantó recogiendo los vasos y el plato con migajas de galletas. Wooyoung se levantó a la par de San para ayudarlo con unas cosas que dejó en la sala.

—¿Ocupas ayuda? —señaló los platos sucios.

—No, descuida —sonrió— nos vemos mañana a la misma hora —asintió.

Sonrió para dirigirse a la puerta y salir. Con una tierna despedida de sonrisas, Wooyoung abandonó el apartamento de San para caminar hasta el elevador. Cuando las puertas del elevador se cerraron, Wooyoung frunció el ceño mientras hacía un puchero intentando recordar la razón por la que había ido con San en primer lugar, ¿por qué había ido a su departamento?

Cuando salió vio a su mejor amiga frente a su puerta y abrió los ojos sorprendido de verla justo ahí esperándolo. Soltó un suspiro para caminar hasta ella.

—Hola Dahyun.

—No puedes salir con San, Wooyoung —mencionó amenazante.

—¿Por qué? —abrió la puerta de su departamento.

—¡Porque es mi ex! Además, pretendo volver con...

—No, no me digas esas estupideces —rió sin gracia mientras entraba al departamento— ¡tú me pediste que lo espantara!

—¡Si!, pero me di cuenta de que lo extraño y que quiero volver con él.

—Dahyun, ¿por qué me mentiste? Sé que tú eras quien acosaba a San, me contó y vi todo.

—¿Qué? —rió nerviosa.

—¿Por qué no me dijiste la verdad? Te hubiese apoyado si querías regresar o si aún no lo superabas, no te juzgaría...

—¡Ese no fue el caso! Y-Yo no estaba acosándolo... hablábamos de repente.

—¿Por qué me mientes más?

—No te estoy mintiendo y no puedes salir con San.

—¡¿Por qué?!

—¡Porque no puedes!

—Me vale mierda lo que pienses Dahyun —exclamó harto— San no es tuyo y no es mío ni de nadie, San es una persona que puede escoger qué hacer con su vida, que haya sido tu novio una vez no te da derecho a decir que es de tu propiedad porque no es así —le escupió esas palabras con rabia.

—¡San es mío! ¡No puedes salir con él!

—Dios, Hongjoong tenía razón, sal de aquí no quiero verte en mi vida Dahyun —señaló a la puerta.

—Confié en ti Wooyoung, pero eres igual que las demás zorras de mis amigas —gruñó enojada— ¡te arrepentirás!

Salió agitando su cabello para azotar la puerta y dejar a Wooyoung solo. Apretujó sus puños furioso mientras comenzaba una rabieta. Murmuraba entre dientes mil maldiciones incluyendo el nombre de quien solía ser su mejor amiga, ¿quién se creía? Todavía tenía el descaro de esperarlo en su departamento para decirle semejante comentario.

—¡Ya verá!

Decidido, abrió la puerta para avanzar un paso y chocar con un pecho muy, muy bien trabajado. Posó sus manos en la tela y se apartó para mirar hacia arriba y suavizar sus facciones al ver a San sonriéndole. Se alejó soltando un chillido asustado mientras torcía su boca en un intento de sonreírle al muchacho frente a él.

—San, hola...

—Es que, olvidaste esto...

Levantó el llavero del perrito amarillo que tenía en sus llaves. Abrió sus ojos sorprendido preguntándose como es que le había olvidado hasta que vio la cadenita rota en sus llaves. Lo tomó sonriente entre sus manos para dejarlo junto a sus llaves.

—Gracias San —asintió sonrojado.

—De nada Wooyoung, nos vemos mañana —comenzó a caminar hasta el elevador mientras se despedía con su mano.

Estaba por cerrar la puerta hasta que recordó la razón por la que había ido al departamento de San y abrió esta con rapidez saliendo de su departamento para quedarse en el pasillo viendo cómo San ya subía al elevador.

—¡San!

Este con su expresión muy atenta le miró esperando lo que fuera a decir. Wooyoung sentía que el corazón se le iba a salir, las manos temblorosas se hicieron presentes y los nervios le comenzaban a llenar todo su sistema.

—¡Me gustas!

Las puertas se cerraron y Wooyoung vio esa oportunidad para meterse a su departamento y esconderse. Sonrió satisfecho, lo había dicho, le había dicho lo que sintió desde el momento en que aceptó que le atraía románticamente. Suspiró contento para cerrar la puerta y caminar hasta su cuarto, iba a dormir con una gran sonrisa en su rostro aquella noche.

𝗹𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘀𝗲𝗿 𝗶𝗻𝘁𝗶𝗺𝗶𝗱𝗮𝗻𝘁𝗲. ❛sanwoo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora