𝗹𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘀𝗲𝗿 𝗶𝗻𝘁𝗶𝗺𝗶𝗱𝗮𝗻𝘁𝗲. ❛sanwoo.

26 ; la cita

Luego de que terminaran de arreglar el accidente de Wooyoung con el florero y que pagará por los daños, tomaron asiento tranquilos en la mesa mientras esperaban sus órdenes. San había ordenado un Ossobuco a la milanesa junto con una rica pasta bañada en rica salsa alfredo, mientras que Wooyoung había pedido una lasaña con una ensalada con extra champiñones. Luego de que sus órdenes fueron pedidas, los chicos quedaron solos y Wooyoung estaba nervioso, ¿qué iba a decir ahora? No sabía qué decir o hacer, ¿por qué era tan difícil?

—Hey Wooyoung.

Enfocó su vista en el sonriente muchacho que le miraba tiernamente para sentirse aliviado. ¡Estaba en una cita con San! Que alguien lo pellizcara.

—Yo también estoy nervioso —soltó una risita.

—Pero yo no estoy nervioso —dijo completamente nervioso.

—Claro, como digas —rió San.

—Pff, no tienes por qué estar nervioso —habló otra vez completamente nervioso.

Escuchó una risa y volteo hacia San quien le sonreía dulcemente. El pelinegro de sonrisa de hoyuelos puso su mano sobre la suya y la rodeó para darle un apretón haciendo que su corazón se acelerase más. Sintió un ardor en sus mejillas mientras apartaba la mirada de San hacia sus manos juntas y de nuevo a su rostro.

—Wooyoung.

La manera en que su nombre salió de sus labios, la manera en que lo dijo, la manera en la que el mundo se detuvo con tan solo escuchar su voz le hizo sentir que estaba en una película de romance puro y los protagonistas eran ellos.

—Disfrutemos de nuestra cita, sin nervios, sólo siendo nosotros.

—Nosotros...—susurró dejando escapar una sonrisa de enamorado.

Se apoyó en la mesa o eso creyó hasta que sintió algo caliente en su codo y escuchó la risa caótica de San. Abrió sus ojos en grande al ver la manga de su camisa manchada por la salsa de la lasaña y comenzó a reír junto a San. No importa las miradas raras de la gente, estaban en su mundo siendo felices en su primera cita oficial.

Ambos pagaron por la comida italiana y salieron del lugar con las manos entrelazadas, hecho que Wooyoung no dejó pasar y se derretía por dentro. ¡Estaba tomado de la mano con el chico que le gusta! Dios que alguien le metiera un sape, parecía un chico enamorado de su crush de secundaria, ¿por qué tanto alboroto?

—Eh Wooyoung, ¿vamos al parque del centro? Hay un pequeño teatro público y hoy se iba a presentar el lago de los cisnes, recuerdo que dijiste que te gustaba el ballet.

Ah, ya había recordado el por qué del alboroto, ¡ese hombre era perfecto!

—Si, me encantaría —asintió contento.

Caminaron hasta que San detuvo un taxi y ambos subieron a este para darle indicaciones al chofer que sólo asintió para llevarlos al dichoso parque. Una vez llegaron, pagaron la tarifa y caminaron tranquilos hasta el teatro del parque. Mientras iban caminando, se toparon con un bonito perrito que se le lanzó a las piernas a Wooyoung.