21 de Marzo, 2019.

941 124 346
                                    




   

    

18:45 PM.

Jaemin camina con un poco de apresuro por su antiguo barrio, mentiría si dijera que está tranquilo, porque la realidad es totalmente opuesta. Se siente atemorizado en cierta parte y por otro lado, emociones jamás experimentadas a lo largo de sus dieciocho años.

Maldita sea.

Intentando acallar su mente, toma su móvil y allí ve un mensaje de Renjun diciéndole que todos ya se encontraban en su hogar y lo esperaban. Solo faltaba él y ya podían comenzar a prepararse e ir en busca de aquellos hijos de puta.

«Estoy a solo dos cuadras, llegaré cuánto antes». Tecleó rápidamente y guardó nuevamente su celular en el bolsillo delantero de su pantalón negro.

Ahora que podía observar bien a su alrededor, notaba el caos que se estaba formando en las calles, mucha gente corría despavorida en busca de refugio, algunos ya estaban cerrando todas sus puertas, ventanas, colocando máxima seguridad y claro está, otros afilaban cuchillos como si nada sucediese.

— Calle Jungang, dos casas antes de llegar a la esquina, dos pisos...— Jaemin memorizaba susurraba para él mismo.— Numeración 23.

—¡Nana!— Alguien grita por él, así que levanta su vista encontrándose como Chenle le saluda amistosamente.

No puede evitar en sonreír ante uno de los menores del grupo, así que también hace lo mismo y cuando está cerca suyo, percibe como se encuentra vestido y la máscara que lleva en una de sus manos.

Ellos ya estaban listos, solo faltaba que él lo estuviese.

— Por un momento pensamos que no vendrías y eso sería totalmente estúpido, lo sé. Pero lo pensamos.— Chenle dice y toma su mano para dirigirlo hacia dentro de la casa.

En ese momento a Jaemin se le revuelve el estómago, luego de un año, la casa seguía igual, en sus mismas condiciones. Así como la abandonó, así quedó. Hasta podía jurar que las manchas de sangre estaban impregnadas en el suelo, pero prefería quedarse con el beneficio de la duda, si no fuera por las paredes blancas llenas de aquel color rojizo que lo salpicó a él también en ese momento.

— Solo me tomé mi tiempo, nada más.— Intentando sonar relajado, responde y respira con fuerzas y traga el tedioso nudo en su garganta.

Le era imposible no sentirse atacado, sensible y roto.

—¿Listo? Ya casi es hora.

Él asiente y se deja guiar por Chenle hasta la cocina, allí percibe las voces de Renjun y Jeno, los cuales hablaban de cualquier cosa y hasta reían por ello. Cuando el rubio abre la puerta, Jaemin nota el arsenal de armas puestas en la mesada y cuatro mochilas de color negro, sus amigos también vestían lo mismo, todo de negro.

— Al fin llegas, Na.— Renjun le da una cálida sonrisa, mientras que Jeno lo hace pero no como el chico. — Vamos, prepárate.

Jaemin de por sí es un chico de pocas palabras, pero ahora solo podía asentir y obedecer en silencio, así que cuando Chenle lo soltó, él rápidamente se sacó su hoodie de color menta y se colocó el negro, dejándose su pantalón que combinaba a la perfección, lo otro que optó por cambiar fueron sus zapatillas por unos borcegos.

—¿De dónde sacaron estás máscaras?— Pregunta tomando la última restante. Ésta desprendía luces color neón en las partes de sus ojos y boca, haciéndola un poco tétrica a decir verdad.

Purga. (Na Jaemin+ Dream). FINALIZADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora