00:30 AM.

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El fuego de aquella mansión aún seguía en su cumbre máxima, los rostros de los cuatro adolescentes se iluminaban por las grandes llamas y una pequeña sonrisa se asomaba por los labios de Jeno, el cuál está sentado al borde de la terraza del edificio que anteriormente Renjun ocupó para disparar con el francotirador.

Jaemin miro de reojo a Jeno y sin saber muy bien el motivo, unas intensas ganas de empujar al chico lo invadieron, tragando con fuerzas se obligó a si mismo a olvidar todo rastro de ese pensamiento y se centró en los cadáveres colgados en aquel gran árbol.

—¿Volveremos a nuestras casa antes de las siete?— De repente Chenle rompe el silencio entre ellos.

— Sería un poco raro que tu madre te viera llegar en horas de la madrugada. Posiblemente te pregunte el porqué de tu repentina aparición y no creo que tú quieras decirle que depuraste casi toda la noche. — Renjun le responde y guarda su móvil.

Su madre estaba bombardeandolo con mensajes preguntándole si se encontraba bien y si nadie había irrumpido en la casa de la abuela de Jaemin.

Él solo se atrevió a responder que estaba a salvo y que nadie lo lastimó.

Si tan solo supiera lo que hizo, está seguro que ella no se lo perdonaría jamás, pues es una de las que está en contra de la Purga. Y el enterarse de que su hijo salió a las calles con altas probabilidades de morir, le daría un ataque.

Uno de los tantos que tiene a menudo.

— Tienes razón.— El rubio asiente y suspira.—¿Y tu Jeno, que...? — Pero al darse cuenta de sus palabras, chasquea su lengua.— Olvídalo, para que preguntar lo obvio.

—¿Tus padres salieron a depurar?— Jaemin no evita en preguntarle.

Todos esperaban una repuesta, de hecho, les parecía extraño que no dijera una palabra hace rato ya. Y es que Jeno era un hablador de primera cuando se lo proponía, pero ahora, como hace tiempo atrás, estaba calmo.

Calmo y tenso.

Una tensión que solo Jaemin puede percibir al estar de su lado. Diría que hasta incómodo y algo reacio.

— Supongo que sí, no lo sé muy bien. Tampoco es algo que me importe. — Suelta con brusquedad.

Renjun y Chenle le dedican una mirada severa pero él no es consciente de éstas. Solo mantiene su vista fija en el fuego que consume la gran mansión, de seguro en la mañana cuando toda ayuda pueda salir a las calles, los bomberos serían los primeros en aparecer allí.

—¿Hasta cuando estaremos aquí? — Huang suelta con un pequeño bufido. — Quizás a los amigos de esos cabrones que están ahí colgados como muñecos de feria ni les importe lo que sucedió con ellos.

— Te equivocas, Renjun.— Jeno murmura y en su voz se nota una gota de diversión.

—¿Por qué?

— Tan solo mira.— Lee le invita a Jaemin con un pequeño movimiento de cabeza a observar hacia las calles.

El castaño así lo hace y su respiración se va por unos segundos ya que se encuentra con unas ochos personas caminando en dirección a la casa quemada, todos ellos llevan máscaras parecidas a las que habitualmente aparecen en las famosas películas de terror.

¡Malditos hijos de puta!

Uno de los tantos les grita en cuanto los divisan.

—¡Hola! ¿Cómo les va en su noche?— Como es de esperarse, Jeno saluda alegremente mientras alza su voz para ser escuchado con claridad.

Purga. (Na Jaemin+ Dream). FINALIZADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora