Leah
Era viernes y un torbellino me llevó a el lunes sin darme cuenta.
Ser puntual era una regla estrictamente imprescindible en el colegio a la que nunca llegaba a acostumbrarme, y por mucho que me esforzaba, parecía que el mundo maquinaba algo en mi contra para que no lo consiguiera.
Y sí, otra vez llegué tarde a clase y por suerte me dejaron entrar. Desgraciadamente ahí estaba Heiner y además, el único sitio libre era a su lado. Me dirigí hacia el pupitre y le ignoré completamente. No me hacía falta mirarlo para saber que me estaba observando, y he de decir que es de lo más incómodo.
- No me piensas decir nada? - me estaba poniendo nerviosa y estaba apunto de perder los papeles.
- Y por qué debería hacerlo? - contraataqué.
- Silencio! - agradecí mentalmente al profesor por interrumpir está insoportable conversación, si se le puede decir así.
El resto de la clase me la pasé haciendo bocetos de dibujos en mi cuaderno. Digamos que historia no es algo que me llame mucho la atención, es más, es la peor asignatura que he tenido, la odio.
Por fin se acabó esa mierda de mañana y me pude ir a casa para comer, y ponerme a hacer tareas. Al día siguiente tenía examen de literatura y era el que más contaba. Creo que nunca me había tomado tan enserio un examen.
Gracias a Dios ya pasó la parte más dura de la semana, ya era viernes. Estaba un poco nerviosa, ya que al día siguiente era el evento, eso sí que iba a ser duro.
Me tumbé e iba a ponerme a leer hasta que algo me interrumpió, como siempre.
Era mi móvil.
De repente estaba vibrando, no estaba muy convencida de cogerlo al ver que era un número desconocido pero opté por hacerlo para salir de dudas.
...
Colgué.
Me levanté de golpe.
Se me nubló la vista completamente cuando me dijeron que falleció mi padre.
No podía ser.
Todo menos eso.
Me volví a tumbar y dejé caer un par de lágrimas.
En esos instantes esperaba cualquier cosa menos eso.
No me lo podía creer, justo antes del evento. Era increíble.
Tenía pensado salir a despejarme un poco, pero opté por quedarme en casa dándole vueltas a todo.
Otra vez.
Volvió a sonar mi móvil.
Esta vez era Dylan, no tenía muchas ganas de hablar pero al final lo cogí.
- Ey, qué tal?
No contesté, no me salían las palabras. Al ver que me queden en silencio siguió hablando.
- Me he enterado de lo que ha pasado, sé que no te gusta que te lo digan pero lo veo necesario. Lo siento - Lo siento... Esas dos palabras eran la que más odiaba, me hacían sentir débil - solo quería recordarte que me tienes para lo que sea y que no lo sobrepienses, sé cómo eres. No tiene sentido darle muchas vueltas.
- Ya... - Fue la única palabra que logré articular.
- Pues nada, nos vemos mañana entonces.
Colgué.
No podía seguir.
No entendía por qué me afectaba si ha sido de los que peor me han tratado, se lo merece.
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Enséñame a volver a sentir ©
Teen Fiction- Qué te pasa? - Cómo que qué me pasa? - intenté ignorar mi cambio de humor y lo que había pasado. - Estás, rara. No sé, enfadada. No me has perdonado todavía? - Estoy bien. - No, ya te conozco lo suficiente y algo te pasa. - No puedo estar bien to...