7: Almas gemelas

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Heiner

Cuando terminó la película la notaba sería y distante.

– Autoestima baja Brownie?

– Mira pues sí, entre muchas otras cosas.

Tuve la maravillosa idea de llevarla al baño e intentar que consiga un poco de amor propio. En cuanto la giré hacia el espejo, bajó la cabeza para no mirarlo.

– Mírate – ella se giró para marcharse, pero la detuve a tiempo.

– Déjame!

– Qué te pasa?

– Pues que no me puedo mirar en un espejo sin querer romperlo, eso es lo que me pasa! – he notado que sólo tiene el del baño y encima lo cubrió con un plástico, desde luego que los evita a más no poder.

– Por qué?

– Pues inseguridades Heiner, inseguridades, cosa que tú, el chico perfecto no tiene y no sabe lo que son! – se nota que no me conoce tanto como yo a ella.

– Leah, créeme cuando te digo que si sé lo que son, lo sé a la perfección.

– Pero bueno, si me ha llamado por mí nombre el señor – no me molesta en lo absoluto, sé que ahora mismo la rabia se ha apoderado de Leah, ella no es así. Está muy enfadada y está diciendo cosas sin pensar con tal de desahogarse y la está pagando conmigo, me está echando toda su furia.

– Leah relájate por favor.

– No! Es que ya estoy harta! Estoy harta de todo Heiner! Mi familia, mis compañeros, todos! Qué ya sé que soy fea y que mi cuerpo no es el mejor, pero no me lo tienen que recordar! – abrí la boca para decir algo, pero la cerré al instante porque Leah siguió hablando.

– Mi padre, por ejemplo! Que si tengo que hacer ejercicio, quedó tengo que adelgazar, que si mis brazos, que si mis muslos, que si mis gemelos, comparaciones con toda la gente de mi edad...! Pero es que estoy lo suficientemente concienciada de que soy horrible! Y cualquier día voy a explotar y voy a devolversela a todo el puto mundo!

Ahí sí que me quedé impactado, se notaba que estaba enfadada, muy enfadada, Leah diciendo palabrotas... Que raro se me hace.
Más calmada siguió por donde iba, sin embargo, las lágrimas no paraban de salir.

– Y admito, que suelo decir que la gente no sabe hechar fotos porque salgo mal, pero cómo voy a salir bien... No es cosa de las fotos es cosa mía, si soy fea pues en las fotos tampoco voy a ser mucho más guapa.

– Sé que esto se dice siempre, pero no todo es el físico. Además, vas a arreglarte y vamos a ir a un lugar, te voy a hacer fotos, porque a lo mejor sí es cosa de que la gente no sabe hacerlas – vi su cara de asombro y es verdad que no la dije que me gustaban las fotos y que quiero ser fotógrafo.

Cuando digo eso, todo el mundo me dice que no tiene futuro, pero es lo que me gusta y voy a ir a por ello. Me da igual si nadie me apoya, si estoy solo, pero cuando triunfe se lo voy a restregar a todo el mundo.

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Cuando terminamos de arreglarnos, fuimos hacia mi hermoso Ford Mustang. 

– Un Ford Mustang, enserio? – dijo incrédula, pero a la vez recibí un poco de burla.

– Sí, algún problema?

– No, ninguno.

Nos subimos y emprendimos el camino. Pusimos música y la notaba decaída, por lo que decidí animarla un poco cuando empezó a sonar "Dueles" y me puse a cantar.

– Sin aviso, nuestro paraíso nos dejó – noté como la iba subiendo el ánimo y una leve sonrisa se formó en su rostro – Y ahora tu recuerdo, me hace sombra al corazón – sin más, se animó a cantar la siguiente parte.

Enséñame a volver a sentir ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora