Esta historia esta inspirada en un universo paralelo al de Shingeki no Kyojin, pero con los mismos personajes y con las historias parecidas.
Este fic va a contener EREMIKA, EREHISU, RIVEPETRA, RIVAMIKA, etc pero esos serán los mas notorios en el tra...
Llevaba mucho tiempo dentro de ese hospital psiquiátrico o como lo llamaría mi madre, un manicomio fuimos al lugar que alguna vez fue mi casa, cuando tenía 17 años, han paso 8 años desde entonces.
En todo el viaje de vuelta a casa me puse a pensar en como me deje llevar por mi hermano, por Historia, por mis ambiciones, y aun así nada ah salido como quería, las frecuentes peleas con Mikasa por su novio con el mismo apellido, quería ahorrarle los problemas y el bullying, ya que los jóvenes son crueles, pero parece que exprese mal mi preocupación y solo hizo que su noviecito me odiara más y ella me tuviera un resentimiento horrible.
Al saber que salió embarazada de ese tipo mi mundo se calló, no me importo ni "mis" hijos, ni Historia, ni mi hermano ni mi posición... Nada.
Mi mundo era Mikasa, siempre fue Mikasa. Aunque haya estado perdidamente enamorado de Historia mi equilibrio y paz mental eran Mikasa y cuando dijeron que murió fue cuando empecé a volverme aún más loco.
CARLA: Eren, ya estamos en casa
EREN: es... Igual a como la recordaba
Al ver la casa, recuerdos de mi infancia inundan mi mente, a Mikasa y yo ayudando a mi mamá, las visitas de Armin.
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Todos los recuerdos de mi infancia llegaron y deje que el sentimentalismo inundara mi ser, lloré como una Magdalena apenas entre a mi cuarto, tirado en mi cama y abrazando la almohada como lo hacía cuando era niño, ahora no tenía a ninguno de mis amigos, casi mato a Armin si Mikasa no hubiera interferido no se que hubiera pasado, Historia se hizo humo, pero mi principal preocupación es mi hijo Fritz.
Sentí los brazos de mi madre darme un fuerte abrazo y recitar un canto que siempre me calmaba, o al menos siendo niño.
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CARLA:
Hijo del corazón deja ya de llorar, junto a ti yo voy a estar y nunca más te han de hacer mal.
Tus ojitos de luz el llanto no ha de nublar. Ven aquí, mi dulce amor, nadie nos ha de separar.
Hijo mío, mi amor, no me importa el sufrir, como un sol tú me das luz y das calor a mi vivir.