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Heracles se cambiaba la ropa con prisas, por haberse quedado hablando hasta tarde con Jack había dormido poco y se había pasado de la hora en la que se supone que tenia que levantarse para ir al centro comercial con su madre. Aunque sea a la apurada estaba seguro de que igual llegarían, al menos su madre esta tranquila.

Heracles se quitaba los pantaloncillos de dormir y se ponía la pantaloneta jean que usaba siempre que iba al centro comercial más una camisa de cuadro, su cabello agarrado en una coleta baja.

—Cástor, muévete, mamá nos va a venir a ver si no te alistas rápido. —Heracles miraba a su amigo quien llevaba media hora sentado en el filo de la cama con la mirada al suelo.

—Yo solo quiero dormir, ayer por escuchar reírte no pude dormir. ¿Tan entretenida fue su conversación? —Cástor suspiro con cansancio y giro a ver a Heracles. —¿Te acuerdas cuando te dije que era tu mejor amigo y lo que más quería es que seas feliz? —Heracles asintió dudoso, puesto que no sabia porque Cástor le estaba diciendo sobre eso ahora. —Pues retiro lo dicho, si tu felicidad conlleva a que yo no pueda dormir entonces no quiero que seas feliz, dormir es sagrado. —Cástor frunció el ceño levemente, finalizando su broma.

Heracles y Cástor se quedaron mirando y parecía que Heracles se había dado cuenta de la broma si no fuera porque Heracles hizo un leve puchero, Cástor se alarmo y corrió a abrazar a Heracles.

—Era una broma tu tonto, no te sientas mal. —Cástor hablaba con prisas, tratando de hacer entender a Heracles para que este no rompiera en llanto. —Sabes que nunca dejaría que tu fueses un infeliz, Alcides, tómalo a broma, no te sientas mal.

—Es que lo decías tan serio que no parecía una broma, no tenia ese habitual tono sarcástico que siempre tienes. —Heracles suspiro y alejo a Cástor de él. —Pero ahora tienes que arreglarte o si no mama de enojara con nosotros.

—Voy voy. —Cástor camino hasta su mochila y saco su ropa de salida. —¿Qué tanto hablaste con Jack anoche? —Cástor miraba a Heracles mientras se ponía su ropa, Heracles estaba terminando de vestirse.

—Dejamos de hablarnos a las dos porque me dijo que tenia que madrugar, y yo me acorde que hoy tenia que ir con mama de compras. —Heracles miro a Cástor quien se estaba terminando de vestir también. Cástor asintió.

—¿Y de que hablaban tanto? —Cástor miro a Heracles con una sonrisa, Heracles desvió la mirada.

—Cosas. —Heracles sonrió levemente ante Cástor quien alzo la ceja e hizo un puchero. —Lo bueno es que he conocido más acerca de él.

—La señora Alcmena dijo que no podías enamorarte más de Jack, pero veo que eso no es cierto. —Cástor suspiro mientras negaba con la cabeza con una sonrisa en su rostro.

Heracles rio levemente y salió del cuarto con Cástor detrás, ambos se sentaron a la mesa donde se encontraban tres platos de desayuno, pero Alcmena no se encontraba ahí, ambos chicos se miraron extrañados y se sentaron a comer su respectivo desayuno, después de unos minutos Alcmena apareció por la sala con una sonrisa brillante y se sentó a comer contenta con ambos chicos, preguntando cosas al azar y diciendo en voz alta el plan que tenia para pasar ese día. Cuando terminaron de comer y poner los platos en el lavavajillas, Alcmena salió de la casa diciendo que iba a ver el coche para ir al centro comercial, Heracles y Cástor se quedaron limpiando la mesa y barriendo las migas que se habían caído al suelo hasta esperar que Alcmena les llame la atención.

—¿Por qué crees que la señora Alcmena estaba feliz? —pregunto Cástor mientras se sentaba en la mesa, Heracles estaba terminando de barrer por los alrededores del comedor.

—Probablemente le haya llamado padre, suele llamar una vez a la semana. —Heracles alzo los hombros. —Suele estar demasiado feliz cuando papá le llama.

¡Conquista al delegado, Heracles! [jack x heracles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora