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Heracles miraba fijamente a Jack quien estaba a su frente, ambos totalmente paralizados ante la presencia del contrario y el hecho de que sus madres eran compañeras de trabajo.

Ambas señoras hablaban animadamente mientras ambos morían en nervios, Jack capto la mirada de Anne y giro a verla, la chica estaba completamente divertida ante la situación, Jack la miro mal por un momento y Anne quería cargarse en risa por ello, Heracles, en cambio, giro a ver a Cástor quien había emitido un sonido parecido a una risa, Heracles miro con el cejo fruncido a su mejor amigo quien alzo ambas manos en son de paz. Ambos chicos suspiraron a la vez y se miraron de nuevo, ambos explotando suavemente en colores.

—Hey, Jack. —Heracles sonrió levemente mientras miraba como Jack se exaltaba levemente ante su llamado y luego se calmaba, suspirando con una nerviosa sonrisa, Heracles lo encontró tierno, Jack parecía un gatito asustado.

—Hola, Heracles. —sonrió un poco mas esta vez. —Es bastante bueno verte por aquí, no pensé que nos encontraríamos en este lugar. —el dirigió su mirada a Heracles quien no tardo en desviarla levemente ante el contacto directo.

—Yo tampoco lo pensaba, fue una gran casualidad. —él sonrió y volvió a mirar directamente a Jack. —¿Cómo has estado? ¿dormiste bien? —el pregunto con una leve sonrisa, Jack se sintió nervioso ante esto.

Nunca en sus dieciséis años había escuchado esa pregunta proveniente de otra persona que no sea su madre o Anne, y que lo haya escuchado de otra persona y mas del chico que le gusta lo hacía sentirse feliz.

—Sí, lo hice, aunque a mitad de la noche escuché algunos ruidos extraños. —Jack hizo una mueca y Heracles lo miro curioso. —¿Qué hay de ti, Heracles? ¿Alcanzaste a dormir lo necesario? —cambio su mueca por una leve sonrisa.

—Oh, si, aunque mamá me despertó con el sonido de dos ollas chocándose. —sonrió nervioso, Jack soltó una leve carcajada que divirtió a Heracles. —Hey, no te burles, no es gracioso. —Heracles hizo un leve puchero, Jack solo soltó unas carcajadas más. —Jack. —Heracles se quejo con una leve sonrisa.

—L-lo siento. —Jack hablaba entre carcajadas. —E-es que es divertido.

Después de un rato de Jack riendo sin parar y Heracles haciéndose el enojado, Jack paró, calmándose poco a poco mientras tomaba bocanadas de aire puesto que de la risa el aire se le había ido de los pulmones. Jack suspiro en grande al final y se limpió las lágrimas que habían corrido por sus mejillas.

—Ya está. —Jack miro a Heracles quien lo miraba con las cejas fruncidas y cruzados de brazos, fingiendo estar ofendido, Jack sonrió divertido. —Oh, mi querido dios, ¿Podría usted concederme el perdón por mi tan mísera obra? —Jack coloco su mano en su pecho y se arrodillo levemente ante Heracles, bajando su cabeza con educación.

Heracles veía a Jack desde su puesto en lo alto, aun fingiendo su enojo y con los brazos cruzados y sus cejas fruncidas.

—No, no tienes mi perdón. —Heracles frunció mas el ceño y apretó más sus brazos cruzados, haciendo firme su respuesta.

Después de todo, Jack y Heracles sabían que todo esto no era mas que un misero juego que entre ellos tenían, Heracles no estaba enojado ni ofendido y Jack solo fingía su devoción y su educación ante el supuesto papel de Dios que Heracles actuaba.

—Oh Dios, cuan obstinado eres. —Jack alzo su mirada hacia Heracles quien dejo de fingir su papel para relajar su cuerpo y mirar con una gran sonrisa a Jack quien se paró de su lugar en el suelo y relajo su postura, mirando también con una gran sonrisa a Heracles.

Después de eso miraron a ver a su alrededor y ambos vieron como Anne miraba a ambos chicos, cuando Anne se dio cuenta de sus miradas sonrió juguetona a ambos, Heracles miro con duda a la dama y Jack frunció los labios con un sonrojo, Anne solo giro la cabeza a las estanterías después de eso.

—¿Por qué ella nos miraba así? —Heracles pregunto en voz baja a Jack quien negó con la cabeza.

—Anne es así, no te preocupes. —Jack miro a Heracles con una sonrisa. Heracles se quedo admirando su sonrisa por un momento.

Ambos siguieron caminando delante de todos, mirando las distintas estanterías de la tienda mientras pasaban, hasta que pararon en una sección donde los peluches predominaban, Heracles los veía por encima, comentando de vez en cuando los lindos que eran y Jack afirmaba con la cabeza. No fue hasta que vieron unos peluches de gato lindos que ambos chicos pararon. Habían de diferentes tamaños, había uno que era blanco y que venía con un monóculo en su ojo derecho, un bigote abundante y su color era gris, el otro que era más grande, era de color naranja y llevaba unas marcas rojizas en todo el pecho del gato. Heracles cuando los vio le recordó a Jack y a él, y parecía que Jack lo encontraba de la misma manera.

—¿Te gustan? —Heracles pregunto con una sonrisa hacia Jack quien se sobresalto y miro a Heracles con nervios.

—Oh, si, están bonitos. —Jack sonrió en respuesta y luego giro para ver los peluches de nuevo. —Pero deberíamos seguir viendo, vamos. —Jack se puso recto y salió de esa estantería para ir a ver la siguiente, Heracles siguió los pasos y se levantó, volviendo a mirar la sección antes de irse.

Alcmena, quien había dejado de hablar con Mary, miraba a su hijo y luego miro por donde ellos pasaron.

—¡Heracles! —Alcmena llamo y su hijo giro su cabeza al segundo. Con la mano, Alcmena hizo un ademan para que Heracles llegara hacia ella, su hijo fue al segundo. —¿Qué tienes en mente?

Heracles miro con la ceja alzada a su madre, Alcmena al ver su confusión señalo con el dedo la sección de peluches donde Jack y Heracles habían pasado antes, Heracles comprendió después de la respuesta más clara y volvió a mirar a su madre.

—Parecían lindos, entonces pensé en comprarle uno a Jack. —Heracles bajo la mirada con un leve sonrojo, Alcmena sonrió.

—Cuando salgamos de la tienda y todos estemos ya en el establecimiento de comida, vienes de nuevo y los compras. —Alcmena vio como su hijo alzaba la mirada sorprendido y levemente sonrojado. —Cuando estemos ya por irnos se lo das a Jack. —Alcmena guiño un ojo y Heracles sonrió confiado.

—Gracias madre, te quiero. —Heracles le dio un beso en la mejilla a su madre y corrió hacia Jack quien lo estaba esperando al final del pasillo.

Esperaba con toda su alma que Jack aceptara el regalo. 

¡Conquista al delegado, Heracles! [jack x heracles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora