𝐻𝑖𝑗𝑎 𝑑𝑒 𝐻𝑎𝑟𝑔𝑟𝑒𝑒𝑣𝑒𝑠

Lazos de sangre alienígena

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. CAP. 1 .

Aquel señor de aspecto inescrutable, leía con avidez uno de sus libros favoritos, sentado en medio de la sala de su casa, en el ambiente solo había tranquilidad y quietud, no había ruidos ni molestias, a pesar de que a lo lejos en el tocadiscos se apreciaba una fina melodía de violín, no ocasionaba molestias o el desconcentro de aquel dueño de tan enorme mansión.

Como es natural la calma y el caos coexisten constantemente, por lo que sólo pasaron unos minutos antes de escuchar unos tacones repiquetear en el suelo frio del vestíbulo, hasta que luego de unos minutos volvió el silencio cuando la dama provocante de aquello se detuvo frente a Sr. Reginald Hargreeves, la mujer visiblemente mas joven que él y mucho mas expresiva; a comparación; tenia una enorme sonrisa en su rostro, a la vez que sostenía entre sus manos un papel con sello de doctor.

-Habla ya Grace- dijo tajante como siempre aquel hombre, mirando apenas por una fracción de segundo a la joven

-Salió positivo- apenas podía hablar mientras en su boca la sonrisa de alegría inmensa no se cohibía por exhibirse, sus ojos se llenaron de lagrimas debido a la felicidad, mientras le tendía el papel a aquel señor.

-Pero qué...- arrebato el papel de las manos de la chica para examinarlo buscando algún error u opiniones de que era una mentira -NO- hablo con voz fuerte mientras se levantaba del sillón, esto logro borrar la sonrisa de la joven, volviendo así su rostro un semblante de nerviosismo y miedo

-¿No? ¿No qué?- la chica tenía tanto miedo que su boca se secaba, ella había visualizado un montón de escenarios diversos donde aquel sujeto le felicitaba y le prometía entre susurros y abrazos que todo saldría bien, pero nada de eso había ocurrido.

-No es verdad-

-Claro que lo es, tu lo has visto, y ya te lo había mencionado antes, con la prueba casera-

-Esa otra podía ser un error... pero ahora veo que el error fue que eso pasara- dijo groseramente mientras señalo el abdomen bajo de la joven.

-Pero Reginald...es nuestro futuro bebé... no puedes... no puedes hablar así...- poco a poco el llanto se haría presente en el rostro de la chica, eso enfadaba aún más a aquel señor.

-Pues no lo quiero, yo no quiero hijos, además con Pogo tenemos suficiente-

-No... Pogo... Pogo es magnífico, pero esto es nuestro- se tomo el abdomen con las manos para referirse al bebé que ahora llevaba dentro de ella.

-También Pogo es nuestro, los dos contribuimos a su desarrollo neuroconductual y...-

-No me refiero a eso!!- grito exasperada la chica -Claro que los dos tuvimos que ver en el desarrollo de Pogo como si fuese otro ser humano, pero esto...- acentuó el movimiento de sus manos en el vientre -Esto es nuestro Regi-

El semblante de Sr. Reginald no cambio ni por un momento, seguía con una expresión debatida entre el asco y el enojo, no sabia como era que aquello había pasado, después de todo, literalmente el no era de este planeta, ni siquiera se consideraba capaz de reproducirse con la especie humana, y en general, despreciaba a la raza humana, les consideraba débiles, con una extrema necesidad de cuidado tan poco autómata que rozaba lo ilógico.

-Ya veremos que hacer- Dijo con sencillez para evitar el constante llanto de la muchacha.

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