𝙀𝙡 𝙞𝙣𝙞𝙘𝙞𝙤 𝙙𝙚 𝙪𝙣 𝙑𝙚𝙧𝙖𝙣𝙤 𝙋𝙚𝙧𝙙𝙞𝙙𝙤

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El canto del gallo lo despertó lentamente, provocando que frunciera el ceño. Se tapó con las cobijas hasta la cabeza, en un intento por callar el sonido y dormir un poco más.

- ¡SooBinnie~! -

Su puerta se abrió de golpe y la dulce voz de Park JiMin, el cocinero de la granja, hizo que se despertara aún más. Las cobijas fueron jaladas, y el frío mañanero le caló el cuerpo.

- Hyung - se quejó, cuando este se dejó caer encima suyo.

- Arriba SooBinnie, que hoy debes ir a ordeñar a Matilda y Margarita junto a Yoon hyung -

- ¡Ellas me odian! -

- No lo harían si las trataras con amor, SooBinnie -

SooBin asintió, y JiMin chilló de la felicidad, dejándolo para que se cambiara de ropa mientras él iba a terminar el desayuno para todos.

La verdad es que Park amaba el lugar: era su hogar, y no se sentía a gusto en ningún otro lugar más que ese.

Estaba terminando de servir cuando SooBin entró en la cocina, con una sonrisa dulce y el pelo desordenado. YoonGi, ya sentado en la mesa principal, enarcó una ceja, divertido.

- ¿Hoy las aves hicieron un nido en tu cabeza? - comentó, riendo levemente.

- Hyuuung, deje de molestarme~ -

Min rodó los ojos y SooBin saludó a todos con un beso en su mejilla, como de costumbre. Su abuelo negó con la cabeza, contento.

- Nunca pierdes el toque para alegrarme - comentó.

- Te gustan mis muestras de afecto - objetó el menor, presumido.

- No lo puedo negar -

La abuela había muerto hace dos años atrás, y eso le había afectado un poco al monarca Choi; pero SooBin todos los veranos le recordaba cuánto lo amaba.

- ¿Irás a ordeñar a Matilda? - preguntó el padre de SooBin.

- Oh sí, JiMin me lo ordenó esta mañana, junto a Yoon Hyung -

- Si no te llenas de lodo esta vez, prometo llevarte al pueblo por una cerveza - comentó YoonGi, recibiendo una mala mirada de JiMin.

- ¡Hecho! -

Los desayunos de esta familia eran mayormente amenos, llenos de risas y charlas muy entrenidas. Hasta que el padre de SooBin se levantaba y se disculpaba.

A parte de ir a trabajar, iba a ver a su nueva pareja, y al abuelo no le gustaba eso.

- Ya le he dicho que esa muchacha no entrará a mi casa ni aunque este muerto - murmuró el señor Choi.

- Abuelo - llamó SooBin - ese tema ya lo tratamos, ¿lo recuerdas?

- Sabes que aún no puedo aceptarlo -

- Trabajaremos en ello este verano - objetó - por ahora, iré a ordeñar a las niñas. Vamos hyung.

- Te sigo - concluyó YoonGi, y ambos salieron de la casa.

SooBin tenía demasiadas cosas en la cabeza como para añadir el tema su padre y de su abuelo. A parte de que estaba superando un amor no correspondido, tenía que sufrir por otras cosas.

- ¡Margarita! ¡Matilda! - las llamó, al verlas a lo lejos - se que me odian y aborrecen: solo hagamos el trabajo y me voy. Comeran tranquilas.

Al parecer los animales lo habían entendido, porque las vacas lo dejaron ordeñarlo sin empujarlo o patearlo. Habia aprendido a ordeñar desde que era un niño, junto a su fallecida abuela; más nunca había salido bien.

un amor ən daəgu ☆ yəonbin/soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora