𝙇𝙖 𝙂𝙧𝙖𝙘𝙞𝙖 𝙙𝙚𝙡 𝘼𝙢𝙤𝙧

594 73 22
                                    

SooBin tomó asiento en uno de los bancos cercanos a la isla de la cocina, viendo como su mayor empezaba a sacar muchas cosas para empezar a hacer la comida.

Siempre había admirado a JiMin: era un chico soñador de ideas genuinas y corazón bondadoso. Tenía una imagen igual a la de un ángel, de esos que estaban de portadas en los calendarios de viejitas.

Y su abuelo tenía varios gracias a su esposa.

- Primero, debes entender que YoonGi hyung no es alguien que se abre facilmente ante las personas - explicó Park, empezando a cortar los vegetales - es como una mandarina: si no lo abres, no sabrás que hay dentro de él. 

- Pero hyung nunca se ha abierto conmigo -

- Por eso - levantó el cuchillo y lo señaló - has esperado tanto tiempo que él se abra contigo, que no has intentado tu abrirlo.

- ¿Usted ya lo ha hecho, JiMin hyung? -

- ¡Claro que sí! No he pasado tantos años de mi vida junto a él como para no intentar conocerlo al fondo - objetó - por ello sé que, el saber lo que pasó con ese muchacho, lo esta volviendo loco.

- Pero ya dije que no era nada, y que estaba bien - soltó un pequeño bufido - ni vale la pena perder el tiempo en eso.

- Esa es la cosa: tu tiendes a minimizar tu dolor y eso a Yoon hyung lo enfurese. Te ha enseñado a ser egoísta por mucho tiempo, pero tu eres demasiado cabeza hueca como para entenderlo -

- Es que hyung...¿ser egoísta? Mamá dijo que ser egoísta era malo -

- Ser completamente egoísta si es malo - JiMin puso todo en una olla y encendió el quemador, limpiandose sus manos en el delantal - ser un poquito egoísta no. Vives en la ciudad y pareces un inocente campesino corazón.

- El abuelo sabe decir que se lleva al campo en el corazón... -

- No intentes cambiarme el tema - señaló Park, deteniendose frente a SooBin - te contaré todo, tan solo para que estes conciente de todo y empieces a crecer un poquito más.

- Pero si mi estatura esta bien-

- ¡Hablo como persona! - el mayor respiró hondo, pidiendo paciencia - bien, empecemos: cuando YoonGi llegó al rancho, era un chico apenas de diez y ocho años, con una reputación de chico vago y echado de casa. El señor Choi lo aceptó, sin preguntar el motivo por el cual sus padres lo dejaron a su suerte. Pero, como forastero que era, NamJoon y yo le teniamos miedo gracias a su rostro inexpresivo y sus ojos que claramente decían "te acercas y te mato". La primera semana que estuvo aquí fue fatal para hyung: comía solo, se quedaba hasta tarde para no toparse con nadie en las habitaciones y bajaba a comer a los de la mañana en punto. Lo bueno es que, gracias a ese horario, yo le dejaba sus emparedados favoritos en la refrigeradora.

- ¡¿YoonGi hyung como forastero!? ¡eso es imposible! -

- Shtt - JiMin le tapó la boca - no me delates y déjame continuar. A pesar de ello, logramos llevar la fiesta en paz por muchos meses, aunque era incómodo. Entonces naciste tú, SooBin.  Él te conoció cuando apenas eras un bebé, a días de haber nacido, pero tampoco es que eran tan cercanos; de hecho, llorabas cuando hyung intentaba amarcarte. Cuando cumpliste un año de edad, ambos salimos a jugar en el establo y te me escapaste de mis brazos; como ya sabías caminar, avanzaste hasta llegar donde YoonGi y chocar con sus piernas. Levantaste la mirada, con esos ojotes que traías encima, y lo conmoviste; extendiste tus brazos hacia él y le dijiste "Uppa, uppa", que era una de las pocas palabras que te sabías en ese momento. Él entendió y te amarcó, provocando que rieras, divertido. Por primera vez, en todo el tiempo que llevaba en la granja, vi a YoonGi sonreír geniunamente, y pasaste la toda la tarde con él, jugando.

un amor ən daəgu ☆ yəonbin/soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora