𝙏𝙝𝙞𝙨 𝙞𝙨 𝙡𝙤𝙫𝙚?

546 52 198
                                    

De arriba hacia abajo.
De abajo hacia arriba.

Así iban los ojos de Arin mientras veía como YooBin jugaba con una pequeña pelota de ule. La mañana era algo fría, por lo que se habían quedado en el portico de la mansión, entreteniendose con cualquier cosa.

- ¿Cuándo volverá YeonJun? - preguntó YooBin, deteniendo su juego.

- Para el almuerzo - aclaró YeWon - ya sabes que los trabajos en la granja son pesados.

- Todo por ir a ayudar a su novio, que bobo - se burló Bae, retomando su juego - algo hipócrita de mi parte, pero bueno.

- ¿Por qué lo dices, YoonYoon? -

- Porque también soy una tonta por el amor - confesó, fingiendo calma - tanto como YeonJun.

- Puede que parezca que SooBin no esta enamorado - añadió Arin, pensativa - pero a veces es algo idiota e inexpresivo, y se puede interpretar como que no esta interesado.

- Soy un tanto SooBin, que dilema -

YeWon se levantó de su puesto y atrapó la pelota en el aire, mirando fijamente a la chica contraria, curiosa. YooBin pasó saliva sonoramente, nerviosa.

- ¿Te has enamorado alguna vez, YoonYoon? -

La pregunta quedó elevada en el aire, mientras sus miradas se conectaban y las mariposas rasguñaban sus estómagos. El amor, de un modo u otro, era un hermoso suicidio entre la cordura y la locura. Al final del risco se encontraba YooBin, mirando al vacío mientras las voces de sus padres y amigas resonaban de fondo. Gota a gota, golpe a golpe, los latidos de ella se fueron acelerando al igual que el tono de las voces en su cabeza. Entre todo ese enredo, una voz suave y una calidez extraña pero cómoda se presentó ante sus ojos, y le permitió dar el pequeño paso para saltar al paraíso.

- Sí, estoy enamorada, y por mucho, Arin. Estoy grave... -

YeWon levantó ligeramente las comisuras de sus labios, cambiando su aura poco a poco. Se inclinó hacia el oído contrario, susurrando de manera suave y detenida; YooBin enmudeció mientras su alma abandonaba su cuerpo y sus extremidades se negaban a moverse.

Arin se alejó de golpe, girando y moviendo su falda suavemente, como si de una bailarina de ballet se tratase.

- Gracias, YonYon -

Ella se llevó la pelotita de ule, y consigo, el corazón de Bae.

Rosé tomó asiento junto a la chica minutos después, ya que había visto todo de lejos y ahora estaba preocupada por las expresiones contrarias: parecía asustada y, a su vez, emocionada.

- ¿Estás bien? -

YooBin no quiso responder a ello, exactamente. Nunca le habían enseñado todas esas cosas de la salud mental, o de que era normal preguntar sobre cómo se sentía.

- Bien, creo -

Rosé suspiro, acariciando la espalda contraria: ¿qué tenían los padres de estos niños para traumarlos tanto?

- ¿Crees? -

- Es que no sé como me siento en estos momentos -

- ¿Tienes miedo? -

- Un poco -

- ¿Te sientes feliz? -

- También -

- ¿Entonces es un 50 y 50? -

YooBin asintió, jugando con sus manos de manera nerviosa, sin poder soltar los pensamientos de su mente. Es decir, estaba feliz por lo que le había dicho YeWon, ¿pero se merecía aquello? La felicidad era un premio, o eso le había enseñado su padre, ¿se merecía aquel premio?

un amor ən daəgu ☆ yəonbin/soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora