Los Intrusos - Parte 2

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La mañana era tibia, suave y dulce.
YeonJun se despertó primero, entrandose a bañar; luego despertó SooBin y bajó a hacer el desayuno junto a Felix y SeokJin. La señora Choi todavía descansaba cuando el pelirosa comentó un plan para recuerar el dinero de las cosechas perdidas y el resto lo apoyó.

YeonJun quiso comentárselo a YooBin y Arin para que bajaran a compartir un momento más, pero al no verlas en el desayuno, supuso que seguían durmiendo.

- Déjame termino de recoger las cajas y nos vamos cariño - murmuró YeonJun, depositando un beso en la frente de SooBin - ¿puedes ir a sacar la bicicleta, por favor? Y luego le colocas las cestas.

- Sí Apolo - dejó su taza vacía de lado, sonriente - te veo afuera.

SeokJin chilló de la emoción, haciendo un bailesito algo gracioso; Rosé negó con la cabeza, divertida: todo parecía una escena sacada de una película de romance.

Era temprano, y ambos iban a salir a vender postres para recuperar un poco del dinero perdido por las cosechas quemadas. El peliazul se había apuntado, llamando a su padre y comentándole sobre la idea; este, con una risa suave a través de la línea, le dijo que no había problema y que saludara al pelirosa de paso.

Al menos él se lo había tomado bien, tenía su apoyo.

Terminando de colocar las cestas, YeonJun lo sorprendió, robándole un beso. Ese tipo de acciones le encantaban, haciendo que su cuerpo se estremeciera de emoción.

- ¿Listo para volverte el mejor vendedor de la vida? - le preguntó, sin apartar sus labios de los suyos.

- ¿Tendré una recompensa? -

- Claro que sí cariño, lo que tú quieras -

- Bien - SooBin sonrió - me gusta como suena eso.

- Y a mi me gustas tú -

La cerotonina que produce un beso es impresionante.
Por ello, el peliazul pasó su mano por la nuca contraria y buscó profundizar el asunto, mordiendo el labio inferior y adentrándose con su lengua en la cavidad bucal de su novio. Estaba nervioso pero, a su vez, decidido por poner en práctica los consejos de TaeHyun.

YeonJun no desaprovechó aquello, comenzando una guerra de lenguas entre ello. Es decir, haría todo al paso de SooBin: no lo obligaría a nada, y esperaría el tiempo que fuese necesario. BeomGyu le había apoyado con esa idea, felicitándolo incluso.

Cuando ellos se besaban, todo a su alrededor desaparecía y sus cuerpos se convertían en imanes, juntándose a tal punto de que no quedaba espacio entre ellos. Sus respiraciones se mezclaban fuertemente y sus latidos se volvían uno, sintiendo como el calor en sus cuerpos empezaban elevarse poco a poco; prácticamente querían tener el todo del otro.
Ellos eran la máxima expresión del dicho "busca devorar el mundo".

Pero siempre sus pulmones cortaban todo el momento, y lo hacían separarse suavemente. Se miraron fijamente, con sus pupilas dilatadas y sus respiraciones sonando de forma irregular. Les divertía aquellas situaciones, porque era como realizar una pequeña travesura entre ambos.

- Vamos, Apolo - pidió, con un hilo de voz - quiero regresar pronto por mi premio.

- Claro, amor - subió en la parte delantera - sube, y agarrate fuerte.

SooBin se aferró a los hombros contrarios, feliz. La travesía empezó, con la luz solar dándoles en el rostro; el aire era fresco y el cielo estaba azul, volviendo más ameno el recorrido. Dejó gritar un grito de victoria cuando la bicicleta aceleró en la bajada al pueblo, con el viento mezclandose con el grito de ambos.

un amor ən daəgu ☆ yəonbin/soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora