【Capítulo 3.🍷】

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JiMin veía algunas fotografías suyas junto a EunWoo en su celular, la noche había llegado, y luego de haber llorado un buen rato, se había logrado calmar, al menos un poco.

Sus amigos estaban preocupados, en especial TaeHyung, pues hacia mucho que no veía a JiMin de esa forma, con una mirada rojiza y decaída, como si nada le importara.

Estaba tan perdido en su mundo que no notó que el doctor de cambio de turno entró, cuando estuvo a su lado sintió un escalofrío recorrerle, el ambiente se había puesto frío, además de sentir como si algo estuviera alrededor del doctor Jeon.

— Doctor. — llamó con voz tenua — ¿Cuándo podré irme de aquí? — cuestionó volteando a verlo y notando su mirada brillosa en él.

— Ya le había dicho, paciente Park, en uno o dos días. — lo dejó de ver y dio una última revisada a sus signos, notando que todo estaba en orden.

— ¿Usted vio a EunWoo? — preguntó haciendo que el doctor lo mirara otra vez — Mi novio.

— Sí, cuando llegó junto a usted. — respondió con su tono frío.

— El muy imbécil decidió morirse antes que yo. — soltó una risa seca — Y creo que fue mi culpa. — miró al doctor, quien se mantenía solo observándolo sin decir nada, así que decidió continuar hablando — Aunque yo no le pedí que condujera de forma rápida. Bueno, ya pasó. — suspiró y una idea se formó — ¿Puedo ir a comer algo con usted? — preguntó, pero JungKook se mantuvo rígido.

— ¿Conmigo? ¿A dónde? Usted debe permanecer aquí, paciente Park. — dijo, como si nada de lo que hubiera dicho le importara, o siquiera haya puesto atención.

— A la cafetería del hospital, tengo hambre. — hizo un mohin, pero el doctor no se inmutó — Por favor, solo comeré algo y luego regresaré. Será rápido. — pidió y JungKook rodó los ojos.

— Bien, pero debe ser rápido. — accedió pasando una mano por su cabello. DongMin tenía razón, JiMin es bastante insistente.

— Claro, doctor. — sonrió y se puso de pie de forma cuidadosa para evitar caerse.

JiMin mantuvo un pequeña sonrisa mientras salía de la habitación, necesitaba estirar un poco las piernas, y quería comer algo que no fuera la comida de hospital.

Salieron de la habitación caminando por los pasillos blancos y silenciosos del hospital, con solos sus pisadas, y las de algunos otros trabajadores del lugar.

JiMin miró de reojo al doctor Jeon, quien caminaba a su lado en silencio, era más alto de lo que podía ver desde la cama, bastante pálido, con ojos de color miel, mandíbula marcada, labios pequeños y finos, un lunar de bajo de estos y otro en su cuello –al menos lo que pudo ver– su cabello de un negro azabache, y una nariz grande pero no demasiado. Además de que pudo notar también es musculoso, de hombros un poco anchos. Bastante atractivo y aterrador, si se lo preguntaban.

Cuando llegaron a la cafetería JungKook saludó con un asentimiento de cabeza mientras JiMin se acercó a comprar algo, JungKook se fue a sentar mientras esperaba a JiMin y revisaba algo en su celular.

Esperaba que –por más mal que sonase– apareciera un paciente, no tenía ganas de estar con JiMin, el olor de su sangre, el cual es bastante dulce, lo estaba comenzando a tentar.

Durante los varios años que llevaba con vida –o algo así– nunca se había sentido así por la sangre de alguien, era cierto, a veces atacaba a algunas personas, pero eso fue antes, ya no lo hacía, pues a veces, con ayuda de uno de sus amigos robaba un par de bolsas de sangre de las donaciones, así lograba mantenerse con vida, o al menos eso pretendía, aunque ahora que estaba JiMin se le hacía bastante difícil.

Vio al joven regresar y comenzar a comer un sándwich de carne que se había comprado, junto a una lata de coca cola, comiendo en silencio ante la mirada de JungKook.

— ¿Hace mucho trabaja aquí? — preguntó, pues no le gustaba estar en silencio, y menos ante la forma en la que el doctor Jeon lo miraba.

— Sí. — respondió, sin ánimos de mantener una conversación.

— ¿Desde cuándo? — indagó. Tal vez sería un poco difícil.

— Cinco años, quizá. — respondió, no lo sabía con certeza.

— Ah... ¿puedo saber cuántos años tiene? — aquello le intrigaba, se veía bastante joven.

Trescientos cuarenta y siete, pensó. — Veintiséis años. — respondió, indiferente.

— Vaya, es más joven que yo. — hizo una mueca al dar un sorbo a la coca cola, se había cortado el labio accidentalmente — Mierda. — gruñó dejando la lata en la mesa.

— Disculpe, pero debo irme. — se puso de pie de forma brusca haciendo que JiMin lo mirara confundido. No podía estar más tiempo allí — Sabe como regresar a su habitación, ¿verdad? — preguntó y JiMin asintió — Bien, compermiso. — hizo una reverencia y se retiró a paso rápido.

JiMin solo observó como aquel hombre se iba de forma apresurada, como si lo persiguieran, era extraño, pero a JiMin le parecía interesante, tal vez era así con él porque no se conocían.

Y es que, trataba de pensar en el doctor Jeon, para de esa forma alejar de sus pensamientos a EunWoo, pues aquello aún no lo podía asimilar, quería que fuera solo una pesadilla, así que pensar en JungKook le ayudaba, de cierta forma, a no darle mucha mente a la muerte de EunWoo.

Aunque ahora solo quería salir de allí, enterrar a su novio, y continuar con su vida, aunque fuese difícil.

Pero no se esperaba que tal vez, el doctor Jeon, sería quien comience a ser partícipe en ella.

Pero no se esperaba que tal vez, el doctor Jeon, sería quien comience a ser partícipe en ella

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Sweet Blood «KookMin» •COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora