EL AMOR DE MEHMED : ESTOY CAZANDO.

Parte 1

A la mañana siguiente se enteraron que el pastelero y cocinero del palacio se había muerto de una intoxicación con comida. Med y Navilla se miraron sonriendo.

Nadie desconfiaría nunca de lo que habían hecho.

El tiempo pasaba y Med no decía nada de ser consejero del Sultan. Un dia lo llamaron. Cuando estuvo con el Sultan este le pregunto cual era su decisión y Med tubo que aceptar ser consejero.

El no colaboraba con nada solo estaba de acuerdo con lo que decían los demás trataba con mucha falcedad al Sultan y a su familia. Hasta se notaba que era falso e hipócrita pero nadie se lo podía echar en cara.

En su casa su madre y su esposa se llevaban bien. Se querían como si fueran madre e hija. La madre de Navilla se había arrojado desde lo alto de un peñasco y Navilla la extrañaba mucho. Med trataba de conformarse y no buscar a Ali. Se ocupaba de los hermanos de Navilla. Les daba de comer y que estudiaran.

Desde que se casaron Med iba a dormir a otra habitación. La madre de Med sabia esto.

- Med yo... nosotros tenemos que estar juntos.

- Quiero el divorcio. Si no te gusta como son las cosas.

- Lo que yo digo es que...deberíamos fingir para que esta charada no se caiga. Tienes que dormir conmigo.

- A ti te dan asco los hombres.

- Duerme conmigo. Tu madre esta sospechando.

Med estaba contento había hablado con Ali y consiguió que vuelva a ser su amigo sin otras intenciones.

En el salón de conferencias mientras el Sultan hablaba de los problemas del gobierno Med distraído pensaba en Ali.

No aguantaba mas quería estar con Ali. Su único amor.

- Mehemed Efendi – Dijo el Sultan – ¿Lo que estamos hablando le aburre?

- Disculpelo Sultan – Dijo el Padre de Med. – Es que...

Antes que su padre diga nada Med lo interrumpio.

- Señor Juez al Sultan no le interesa haga el favor de callarse.

- Claro que a mi me interesa – Dijo el Sultan.

"Si les interesara tanto sus súbditos no los mandaria a matar"

Med lo miro con desprecio. El Sultan lo miro furioso.

Ese muchacho siempre lo miraba raro o con enojo o con desprecio.

- Yo quiero que mis súbditos sean felices.

"Mentiroso su pueblo no le interesa".

Lo miro con odio.

- Muchas gracias Sultan. Es un excelente gobernante.

Med dijo esto haciendo una extravagante reverencia bastante falsa.