3. Movidas de primaria

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Finalmente ha llegado el día.

La verdad no sabía si temerlo o esperarlo con ansias, pero creo que me está empezando a gustar lo segundo.

Hoy es primero de abril, día de los inocentes. Y eso solo significa dos cosas: a) tengo via libre para hacerle una broma a Jake, cosa que me hace muy feliz, y b) puedo pasar el resto del mes temiendo por mi vida mientras espero su venganza, cosa que no me hace tan feliz.

Para ponerte en contexto: el día de los inocentes hace trece años exactamente, decidí hacerle una broma a Jake, (valga decir que teníamos siete años y pues era fácil hacer el tonto con las bromas).Luego de pensarlo toda la mañana finalmente se me ocurrió tomar una foto de mi cara, pegarla dentro de un frasco de cristal y ponerlo en el refrigerador, (insisto, teníamos siete y yo no era una niña muy creativa). Total, que lo invité a casa a jugar y luego lo mandé a la cocina a buscar refrescos. Casi se hace pis encima cuando vio la cabeza dentro del frasco mientras yo no podía parar de reír y él me miraba con odio.

Ese dia no pasó nada más y yo creía que asi se quedaría hasta que tres días después un sapo enorme saltó sobre mí cuando abrí mi lonchera del almuerzo en la escuela. Nos pasamos el mes siguiente haciéndonos bromas hasta que todo terminó con mi mamá hasta arriba de barro en nuestro jardín. Nos castigaron sin televisión durante dos semanas así que decidimos llegar a un acuerdo: cada año yo podía hacerle una broma en cualquier momento durante día de los inocentes y él tenía derecho a vengarse en cualquier momento del mes de abril. Yo no tengo derecho a rechistar cuando eso pase. Y así ha sido durante todo este tiempo, solo que hoy... pues hoy no tengo idea de qué hacer.

Podría decirle que estoy muerta.

Si Kate, porque obvio que los muertos te dicen que lo están.

Bah, cállate.

Estuve dándole vueltas al asunto durante la última semana pero cada año es mas difícil porque ya está alerta y es complicado tomarlo por sorpresa. Aunque... teniendo en cuenta que se espera una broma monumental, sería más fácil tomarlo por sorpresa con algo básico, ¿cierto? Podría jugarle una movida digna de mi yo de siete años.

Bingo.

Me levanto de la cama y voy al armario a buscar ropa para cambiarme. Tomo un par de jeans, mis converse y un hoddie y me recojo el cabello en una coleta alta. Corro por el pasillo mientras busco el contacto que necesito en mi celular, porque definitivamente no puedo hacer esto yo sola. Cuando finalmente lo encuentro, marco y como no puede ser de otra manera me contesta al tercer tono.

—¿Kate? —suena confundido y me entra la risa. Tomo las llaves y un billete de veinte dólares de la mesita de la sala y salgo a través de la puerta.

—Ethan, ¿Te he dicho alguna vez lo increíblemente guapo que eres? —Pregunto mientras cierro la puerta y juro que puedo verno mirándome con los ojos entrecerrados.

—No... Eso es raro —La linea se queda en silencio por un par de segundos hasta que finalmente me pregunta —¿Qué quieres de mi?

—Necesito tu ayuda —digo con la voz mas persuasiva que puedo hacer —¿Tienes a Jake cerca tuyo?

—No, él no está. Salió hace como diez minutos con Shawn a hacer no se qué.

—Perfecto. Esto es lo que vamos a hacer.

Media hora más tarde me encuentro con los ojos grises de Ethan mirándome socarronamente mientras me abre la puerta.

—Gracias por ayudarme —le digo con una sonrisa.

—Como si pudiera decirte que no, Katherine —Rueda los ojos y cierra la puerta después de que entro.

—¿Hablaste con Shawn para decirle qué debe hacer y en dónde no se debe sentar cuando llegue? —Pregunto mientras me pongo un par de guantes, abro la bolsita con polvo picapica y la esparzo por todo el sillón favorito de Jacob. Solo por si acaso.

The Game.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora