7. Alarmas de emergencia.

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Kate.

Aún no ha llegado nadie, faltan quince minutos para abrir. Entro al gimnasio por la puerta del personal y me voy a las oficinas a notificar a Johnny de mi llegada. Toco la puerta de la administración y cuando escucho un amortiguado "pase", entro.

—Buenos días—Jhonny está tras el escritorio y levanta la vista del ordenador cuando entro.

—Buenos días, Kate— Sonríe y le entrego uno de los vasos de café que llevo en la mano.— Gracias.

—Mocca, dos de azucar y extra crema. Tu favorito.

—Eres la mejor —dice quitándole la tapa y dándole un sorbo.

—Lo sé —Rueda los ojos y deja el café en la mesa— ¿Crees que podemos hablar?

—Lo sabía. ¡Lo sabía!. El café no podía ser gratis. Siéntate —Señala la silla frente a él riendo. Tomo asiento. —¿Y bien?

—Necesito tu ayuda con algo. —Me mira con los ojos entrecerrados.

—De acuerdo... —Y le explico.

Y me acusa de ser un ser humano malvado.

~

Estoy corriendo sobre la caminadora de la sala de máquinas del gimnasio, terminando mi rutina antes de dar la clase hoy. Faltan solo diez minutos para que empiece y doy gracias por haberme cambiado antes al uniforme, aunque tampoco es que haya mucha diferencia, solo me cambié mi camiseta por la camiseta azul oscuro sin mangas con el nombre del gimnasio estampado en la esquina y una plaquita plateada con mi nombre.

Creo que Ethan tuvo una clase temprano hoy, así que solo Shawn y Jake están aquí esta mañana. Llegaron hace veinte minutos y apenas empezaron con las pesas, así que es seguro que estarán otro rato más. Empiezo a bajar la velocidad hasta detenerme por completo y me bajo. Espero hasta que el mundo deja de moverse frente a mi para tomar mi botella del suelo y empezar a caminar hasta la salida.

—Nos vemos

—Hasta luego, Kate —Shawn me sonríe mientras sostiene las pesas esperando a que Jacob se recueste.

— ¿Tienes yoga ahora? —Pregunta Jake a mis espaldas.

—Si—contesto sin dejar de caminar.

—¿Crees que podría unirme?

—Por supuesto que no— Solo escucho sus risas. Me uno a ellas mientras un par de chicos observan divertidos nuestro intercambio.

Ya están instaladas varias chicas cuando entro al salón de yoga.

—Buenos días

—Buenos días, Kate —Contestan sonrientes.

Me voy directa a mi bolsa para sacar una toalla y secar el sudor de mi rostro. Me quito los guantes para el gimnasio, los guardo y aprovecho para reacomodar mi cabello en una coleta alta mientras el resto de las chicas termina de llegar y buscan su lugar.

Tomo mi esterilla para extenderla al frente y pongo la botella y el celular a un lado. Corroboro que todas estén en su sitio y creo que puedo empezar.

—Bien chicas, vamos a empezar estirando.

Cuando faltan diez minutos para acabar la clase, suena la alarma de incendios del edificio. Veo la cara de preocupacion en algunas de las chicas asi que les indico que se coloquen de pie.

—Puede ser solo un simulacro de evacuación, ¿si? Mantengan la calma, y vayan todas al vestíbulo lo más rápido que puedan pero con cautela. Por su seguridad, utilicen las escaleras, no el ascensor.

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