9. Ego.

70 12 9
                                    

Kate.

—¿Cómo que accidente? ¿Cuándo? ¿Está bien?

—No lo sé. Fue hace poco más de una hora, alguien llamó a emergencias y los paramédicos fueron quienes avisaron a sus padres. Vienen en camino pero son un par de horas de viaje y aún se demoran. Hablé con la señora Cloud y me pidió que vaya a acompañarlo.

—Voy contigo—Jake asiente. Miro a Jessica.

—Ve tranquila, le pediré a Evan que me lleve a casa.— Me da una sonrisa tranquilizadora.

—Gracias. Nos vemos.

Le beso la mejilla y me pongo de pie.

—Manténganme al tanto.—Pide.

— Seguro— Asiento y bajamos las escaleras rápidamente para abrirnos camino hasta la puerta.

— ¿Le avisaste a Shawn? —Pregunto. Él niega. 

— No podía encontrarlo así que le envié un texto. Nos encontraremos con él en mi auto.

— De acuerdo.

Lo sabía. ¡Lo sabía! Sabía que algo malo estaba pasando. Busco mi chaqueta y sigo a Jake hasta el auto. Al llegar Shawn camina de un lado a otro ansioso. Cuando nos ve, mira a Jake de forma interrogativa.

—¿Qué pasó? —Pregunta. Jake vuelve a adoptar una expresión cautelosa, midiendo lo que está a punto de decir.

—Ethan tuvo un accidente.—Frunce el ceño.

—¿Qué? ¿Esto no es una de sus bromas cierto? — Se muestra receloso y la verdad, no lo culpo. Niego.

—Ojalá lo fuera.

—¿Qué pasó?

—Subamos al auto, ¿si?— Abre las puertas con el mando y buscamos nuestro sitio. Jake arranca y va mas rápido que de costumbre.

—¿Y bien? —Pregunta Shawn.

— Parece que iba muy rápido y no pudo maniobrar para zafarse de una curva. Se voló una cerca, derrapó hasta salir del carril y se estampó contra un par de árboles junto a la autopista.

Shawn contorsiona la cara y empieza a murmurar algo inteligible.

—Le dije. Se lo dije a ese idiota. ¡Le advertí! —De un momento a otro grita, golpea la consola y se pasa las manos por el cabello.—Tenía que llevar el maldito auto al taller porque los frenos estaban fallando. No podía acelerar tanto, no tenía que...

— Eh, no pierdas la calma.— Me suelto el cinturón de seguridad para acercarme a él. Lo interrumpo y hago que me mire. Inhalo y exhalo con suavidad y él me imita. — Tranquilo, ¿si? Todo va a estar bien.

—¿Cómo lo sabes? — Se le quiebra la voz en la última palabra. Me estiro un poco y lo tomo de la mano.

—Solo lo sé — Asiente e intenta relajarse contra el asiento. Me giro un poco hacia Jake.— ¿Dónde está?

—En el universitario.

Los pocos minutos de camino que hacen falta los recorremos en silencio. Si así se sintió con mi broma la semana pasada, creo que no quiero hacer nada parecido nunca más. En estos momentos es cuando se hace evidente lo mucho que se aman estos chicos a pesar de todo. 

Al llegar corremos hasta el mostrador de emergencias. Una enfermera nos indica que pasemos a la sala de espera porque le están haciendo un par de estudios; pasan unos cuarenta minutos antes de que nos llamen.

The Game.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora