6. Pitufina

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Kate.

¿No te parece curioso cuando llegas a ciertos momentos de tu vida, sin saber muy bien cómo o por qué, pero igual te sientes agradecido de haber terminado ahí? Quisiera decir que éste es uno de esos casos pero, la verdad, me siento de todo menos agradecida.Un líquido azul asquerosamente viscoso cae sobre mí al estilo Carrie calándome los huesos y manchando mi camiseta.

¿Por qué miré hacia arriba?

¿Por qué siquiera estoy aquí en primer lugar?

¿Quiere guerra? Bien, la tendrá.

Pero ésto no se queda así.

Hay un corro de estudiantes curiosos que nos ven en la mitad del pasillo y juro que al menos una decena de flashes ya me están cegando. Ésta me va a salir cara. O mejor dicho, NOS va a salir cara.

Jake Campbell, eres un idiota.

Mismo día, mucho mas temprano.

Es lunes, la semana recién empieza y con ella mi estrés por presentar un par de exámenes, para los que definitivamente no me siento preparada, antes de la vacaciones de primavera. Bostezo mientras tomo mi asiento.

Ayer después de cenar, vimos una película y luego los chicos se fueron cerca de las once. Ahora tengo sueño.

Genial.

Apenas terminé de sentarme cuando el profesor entra con los exámenes bajo el brazo y todos se organizan rápidamente. Él entrega el paquete al chico del asiento de la esquina y comienza a pasarlos. Tomo el mío cuando llega mi turno y cruzo los dedos porque esto no esté tan mal.

Bien, hagamos esto de una buena vez.

Una hora después voy saliendo alegremente del salón porque eso fue mucho mas sencillo de lo que pensé. Tengo unos treinta minutos antes de mi siguiente clase, así que voy al edificio y decido esperar en una de las bancas de afuera mientras llega la hora. Tomo mi celular y reviso las notificaciones de instagram.

Aunque deberías ponerte a estudiar, Kate.

Mira, pues lo siento, pero procrastinar es lo mío.

Y después te preguntas por qué vives tan apurada...

Bah, cállate.

Tengo un recuerdo, decido abrirlo y me encuentro con una foto de hace tres años. Me río para mis adentros.

Somos Jake y yo, él con el cabello color blanco, casi amarillo y el mío en un tono mas bien rosa. Le estoy besando la mejilla mientras él hace una mueca.

Recuerdo que ese fue el día de la venganza de Jake. Mi broma de ese año fue el cabello; en ese momento Jacob tenía un problema con los productos capilares así que cambié una de sus mascarillas por decolorante. Y fue hermoso hasta que cambió mi shampoo por una mascarilla fucsia; me tomó cerca de un mes y litros y litros de Shampoo para quitármelo por completo. Tomo una screenshot y se la envío a Jake.

—Podríamos estar así hoy pero a ti no te gustó ser rubio y no me gusta el rosa :)

La respuesta no tarda mucho en llegar.

-De dónde sacaste eso?

-Nos veíamos ridículos Kate. Que locura.

—Yo, ridícula? Jamás

-Si, claro. No debería estar en clase, señorita?

—Tengo unos quince minutos antes de que empiece

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