XIII

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Eh, cielo, ¿a dónde vas hoy? —me pregunta mi madre cogiendo una taza del armario. Le corresponde una tarde libre a la semana en Pete’s, y hoy es su día de suerte.
—Jungkook vendrá ya mismo a por mí. Nos vamos de pesca —contesto.
—¿Estás yendo con cuidado?
—No tienes de qué preocuparte cuando estoy con él. Es un buen chico —digo y me cruzo de brazos. Ella se precipita a mirarme.
—Tae también lo es.

Sus palabras son como una guantada bien dada en la cara. Tae es una de las personas más buenas que he conocido nunca, pero es más fácil para mí dejar que sea Jungkook el que cruce mis barreras. Jungkook intenta entenderme capa a capa, mientras que Tae va directo al centro. Además, Jungkook parece tener sus propios secretos, cosa que me ayuda a no sentirme tan culpable sobre los míos.
—No puedo explicarlo, pero estar con Jungkook me hace sentir diferente.
Ella mira al techo y sacude la cabeza.
—Y Tae es el chico que solía venir para quedarse contigo cada vez que estabas malo. Es el muchacho que te llevó a la graduación cuando no tenías a nadie más con quien ir. No le des la espalda porque nunca se sabe cuándo lo vas a volver a necesitar; cuándo te puede volver a necesitar, Jimin. Los amigos así son raros de encontrar.
—Mamá… —Un golpe de nudillos en la puerta desvía nuestra atención hasta esta—. Mira, tengo que irme. Podemos volver a hablar de esto luego. —Cojo mi bolso y me dirijo hacia la puerta antes de que a mi madre le dé tiempo de hincarle el diente a Jungkook.

Me encantaría que lo conociera para que pueda ver lo que yo he visto en él, pero no va a funcionar si solo ve a Tae en mi futuro.
—¿Tienes prisa? —pregunta Jungkook al ver que cierro la puerta de un portazo. Bajo las escaleras sin mirar atrás, excepto una vez para asegurarme de que mi madre no nos sigue.
—Es que tengo muchas ganas de ir de pesca otra vez —digo abriendo la puerta del copiloto de su coche.

—¿Estás bien? —pregunta, enarcando una ceja.
—No me he sentido así de bien en mucho tiempo. —Me vuelvo y le sonrío al tiempo que él arranca el motor.

Niega con la cabeza y me coge de la mano. El camino hasta el lago es corto y silencioso. Estoy intentando centrar mis emociones, y Jungkook seguramente esté intentando averiguar qué es lo que me está pasando por la cabeza. Ni siquiera sé si yo mismo podría responderme. Mi madre me ha hecho sentir como una mierda por dejar entrar en mi vida a otra persona que no sea Tae. Quiero a Tae, pero es a Jungkook a quien necesito ahora mismo.
—¿Vas a salir del coche? —inquiere Jungkook, interrumpiendo mis pensamientos.
Lo miro.
—¿Cuánto tiempo llevo aquí sentado? —Lo suficiente como para ver lo guapo que estás cuando piensas en las musarañas. —Sonríe.

Vuelvo la cara para que no vea el ligero rubor que ha aparecido en mis mejillas. Jungkook Jeon siempre me mantiene alerta.
—Vámonos a pescar antes de que empieces a leerme la mente.
Lo oigo reírse mientras salgo del coche y camino hacia el lago. Cuando llegamos al lago, él señala a una barquita vieja que hay a un lado del muelle.
—Hoy vamos a ir en eso.
—¿De verdad vamos a pescar sobre una barca esta vez? —pregunto, escrutando la vieja barca destartalada, que solo tiene dos asientos.
—Pues claro, mi padre dijo que podíamos usarla siempre y cuando volviéramos con ella de una sola pieza —responde al tiempo que coloca las cañas y su equipo de pesca en el interior de la barca.

Cuando miro la barca otra vez, no puedo evitar reírme. No creo que esté siquiera de una sola pieza ya que se encuentra atada al muelle. Jungkook sube primero y me tiende la mano para ayudarme a hacer lo propio. Vacilo por como se balancea la barca cuando pongo un pie dentro, pero Jungkook me toma de las caderas y me levanta hasta situarme de pie a su lado.
—No dejaré que te pase nada. —Me besa antes de volverse para desatar los nudos que mantienen amarrada la barca.

Me siento con cuidado en uno de los dos asientos y contemplo cómo los músculos se flexionan bajo su camiseta gris ajustada. Es una distracción más que bienvenida para no pensar en ese trozo de madera que vamos a sacar en medio del lago. Ha estado nublado y ventoso todo el día con temperaturas rondando los quince grados. Mi abuelo solía decir que este tiempo es perfecto para pescar, pero yo no termino de ver la perfección.
—¿Listo? —pregunta Jungkook  limpiándose las manos en los vaqueros. —Ehh… Sí.
Él sonríe ante mi reticencia y señala.

Everthing [Kookmin adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora