with you [jotakak]

kisses

Llegamos al hotel, por fin podíamos descansar un poco, el Sr. Joestar decidió que Jotaro y yo íbamos a compartir habitación, nadie rechistó.
Entramos a la habitación, me senté en la cama cuidadosamente, Jotaro al contrario se tiró a la suya sin preocupaciones y sacó una revista de Delfines. El probablemente no se percató de que yo noto siempre lo mucho que le gustan los delfines y animales marinos, sonreí ante ese pensamiento, era bastante tierno pensar que alguien tan serio como Jotaro le gustarían animales como los delfines.

Me recosté un poco para descansar y cerré los ojos, no podía dormir.
La cama era muy cómoda, pero por alguna razón se me había ido todo el sueño, y aunque es linda la sensación de por fin estar relajados sin gente intentando matarme, no pude dormir.

Empecé a dar vueltas en la cama hasta quedar boca abajo con la cabeza mirando hacia Jotaro y un brazo colgando que rozaba el piso del hotel.
Estaba aburrido, muuuy aburrido, me pregunto que dirá esa revista de delfines, me pregunto que estará pensando él ahora. Y así, de repente se me vino una idea, ni si quiera era verdad, solo quería ver cómo reaccionaba, lo pensé un poco más y dije;
—Estoy aburrido...- espere hasta que el me mirase para continuar, cuando lo hizo empecé a hablar de nuevo- y si...nos besamos para matar el tiempo?
lo mire fijamente, abrió un poco más los ojos, miro para el costado y volvió a mirarme a mi, ¿Que estará pensando ahora?

—Kakyoin, estás borracho?
No pude evitar reírme ante la situación, yo también pensaría lo mismo.

—No lo estoy.- le sonreí, la broma ya había pasado, ¿verdad? debería decirle ahora que es mentira.
—.....está bien.- sorprendido, me levanté rápido de la posición en la que estaba, el estaba aceptando a besarnos? ¿está bromeando? sentía mi cara roja por la vergüenza, tengo que decirle que era una broma.
El se levantó y dejo a un lado la revista de delfines, esa que hace un momento estaba viendo y se dirigía hacía mi.

quería decirle que era una broma, pero estaba muy nervioso, no..no era eso, acaso yo, Noriaki kakyoin, ¿Quería que Kujo Jotaro me besase? trague saliva ante este pensamiento.
sin darme cuenta el ya estaba parado frente a mi cama, yo apoye mi espalda contra la pared de la habitación, no realmente para alejarme de él, sino para darle espacio y comodidad.

Se sentó en mis piernas, y apoyo su mano en mi mejilla, mire sus ojos, siempre pensé que eran azules, pero al verlos de cerca en realidad eran una mezcla entre este color y celeste.
Nuestras respiraciones se cruzaron y podía sentir el calor saliendo de su boca, una sensación de cosquillas me inundó el estómago, él dudo un poco pero finalmente, nos besamos.

al principio no nos movimos, nos quedamos quietos. Nos separamos un poco y volvimos a juntar nuestros labios después empecé a girar mi cabeza para tener más contacto y él hizo lo mismo, me agarré de su cuello para empujarlo más hacia mi, el con su otra mano agarro mi cadera, con la misma intención.
nos separabamos un poco y volvíamos a juntarlos, cada vez más rápido.
Saque cuidadosamente su gorro el cual estaba incomodando un poco, y me aferre a los cabellos que estaban en su nuca.
Puse mis manos en su hombro y lo separé con la respiración agitada, me daba vergüenza mirarlo a los ojos así que varias veces desvíe la mirada, pero noté que su labio estaba más rojo de lo normal, el mío debe estar igual, pensé.

—creo...creo que deberíamos parar.-él alzó una ceja, noté que estaba sonrojado, y por unos segundos se me vino a la cabeza el pensamiento de que a Jotaro le estaba gustando.

—¿Por qué? Los adolescentes normales hacen esto todo el tiempo, verdad?- tal vez era inocencia, tal vez era una excusa, pero fue suficiente para que volviera a agarrar su nuca y empujarlo hacia mi para volver a juntar nuestros labios.

esta vez abrí mi boca en busca de que el repitiera mí acción, lo cual sucedió, cuando abrió la suya juntamos nuestras lenguas y seguimos así por un rato, a veces lo separaba un poco para respirar y aunque se veía agitado, el realmente nunca me separaba a mi, de todas formas yo volvía a juntar nuestros labios desesperadamente, tal vez era una nueva adicción. Sonreí al pensar eso, fue un pensamiento tonto.
Continuamos hasta que sonó un teléfono, el teléfono que teníamos en la habitación, él se volteó para verlo y yo solo tuve que mover un poco la cabeza.