with you [jotakak]

Hospital

Toqué la puerta, dos veces, tres veces. Esperé un rato pero nadie contestó. ¿Realmente era la habitación 161? Miré el número de la puerta para comprobarlo, efectivamente, era la 161.

Toqué una vez más, "Seguramente está dormido, le dejaré los globos y me iré" pensé, así que abrí la puerta de la habitación.

Me llevé una gran sorpresa cuando vi a un chico de cabellos rojizos sentado en la camilla.
—Ah.—¿Acaso la receptora se había equivocado? Estoy seguro de que me dijo 161...

—¿Quién eres?—preguntó el pelirrojo. ¿Debería responder? Solo me equivoqué de habitación, no es necesario presentarme.

—Kujo Jotaro. La receptora de abajo se equivocó.
—No...me cambiaron hace unos minutos de habitación, la información que tenía era correcta.

—Ah, ¿entonces... por que no respondías?—Por alguna razón este chico me generaba curiosidad, quería seguir hablando con él aunque ya supiera el error.

—Acababa de irse mi madre de la visita, y la enfermera nunca toca, así que era un extraño.
—¿Y tus amigos?
—Ah...no tengo amigos.—me quedé callado ante la respuesta y un pequeño silencio incomodo se formó en la habitación.

—¿Cómo te llamas?
—Kakyoin. Noriaki Kakyoin.—apenas me dijo su nombre agarré una fibrón que estaba en la mesita al lado de la camilla y puse en el globo que decía "Espero que te recuperes pronto" su nombre.

—Toma.—lo até en la camilla y el helio hacia que flotase ignorando la gravedad.
Miré la cara de Kakyoin y se veía sorprendido, como si fuera la primera vez que alguien es amable con el en su vida.
—Pero, ¿Y tu amigo?
—Él tiene muchos otros amigos que le traeran cosas, estará bien.
—Gracias, Jotaro.
—Me voy.—suspiré, ¿que había sido eso? Mañana le preguntaré de nuevo a la receptora donde esta Avdol, tal vez ya lo actualicen.

(...)

Ahí estaba. Frente a la puerta de la habitación, "¿Por que no simplemente me voy con Avdol? Él no tiene nada que ver conmigo"

Toqué la puerta tres veces, cada vez arrepintiéndome más de mi decisión.
No contestó, así que pasé.
—¿Jotaro?—sus cabellos carmesís iluminados por el atardecer que se veía en la ventana resplandecían.—¿Que haces aquí?

—Ah.—me sentí tonto, tenía que inventar una excusa rápido.—Por alguna casualidad...¿Sabes a donde trasladaron a mi amigo? Se llama Avdol.

Sonrió, con pero fruncía el ceño de manera burlona, ¿se había dado cuenta?
—Creo que escuché a una enfermera decir que estaria en la 198.

—Oh..bueno—Quería iniciar una conversación pero no se me ocurría nada.—Gracias.
—Espera, uhmm, ¿Está bien?
—¿Avdol? Si, está bien. Solo recibió un corte en la espalda, si no me equivoco...—Kakyoin me miró confundido. ¡Claro! Una persona normal no entendería nada de esto.

—¿Un corte...en la espalda?
—Ah. No es nada.—suspiré, me estaba dejando llevar.—¿Que hace un japones por aquí?

—Lo mismo digo.—sonrió levemente, calmado—Estoy de vacaciones con mi familia pero...bueno, terminé aquí, en el hospital.
—¿Por qué?—me senté en la silla al lado de él, apreciando más sus ojos color lavanda.

—Bueno, siempre fui de lastimarme mucho. Pero esta vez fue por esto—señaló las cicatrices en sus ojos, extrañas para una persona cotidiana.—Al principio creían que me iba a quedar ciego, ahora solo estoy aquí para que me observen.

—¿Cómo...pasó?
—Uh...no es importante, no creo que lo entenderías.—parecía triste, pero cada vez me generaba más curiosidad.

¿Por que no lo entendería? ¿Acaso Kakyoin tenía un...?