Las ventajas de salir con un chico [YeonBin]

Capítulo cuatro: de un crush a primera vista.

Yeonjun era una persona bastante enamoradiza, y una clara muestra de aquello era la situación por la cual estaba pasando en ese exacto momento, mientras compraba cosas para comer en la pijamada de la noche siguiente.

—Te juro que es más que precioso, Binnie. Parece sacado de un cuento de hadas —le comentaba a su mejor amigo por el teléfono, entre tanto, fingía revisar los paquetes de chocolate para observar discreta pero atentamente al chico de cabellos grisáceos claros—. Incluso se parece a Jack Frost, mi crush ficticio de infancia.

—¿El de "El Origen de los Guardianes"? ¿Tenías un crush con Jack Frost? —inquirió Soobin sin evitar carcajear.

—¿Quién no? —dijo irónico y con una sonrisa—. Pero ese no es el tema, es que este chico es la creatura más linda que a aparecido en la faz terrestre —el muchacho se acercaba hacia la caja registradora y Yeonjun se colocó detrás de él en la fila—. Después de mí, claro.

—¡Vaya ego el tuyo!

—Solo estoy diciendo la verdad —le comentó graciosamente en voz baja. Pudo escuchar una risotada de Soobin colarse por sus oídos, a Yeonjun le parece bonito y alegre el sonido que Bin hace cada vez que ríe—. Debo colgar, Binnie.

—Tu manera de decir "voy a coquetear con un chico que acabo de conocer porque se parece a un personaje ficticio" es bastante discreta —dijo el menor desde la otra línea. Yeonjun rio por lo bajo—. Está bien, adiós.

—Adiosito —contestó y segundos después, Soobin finalizó la llamada.

Jun observó con más atención al chico. Se veía joven, incluso podría apostar que era, por mucho, un año mayor que él. Su cabello color hielo se veía suave y la forma en la que lo acomodó hacia la derecha lo hizo ver como un ángel. En la opinión de Yeonjun, él es simplemente hermoso.

—¿Necesitas algo? —le preguntó el apuesto desconocido a Yeon, sacándolo de sus pensamientos alocados.

Allí descubrió que hasta su voz era linda.

—¿Ah? —Yeonjun parpadeó dos veces, confundido. Y el desconocido sonrió con gracia, sus labios rosados curvándose en una muestra de gentileza y sus dientes brillando más que las miles de estrellas en el universo.

—Me estás mirando desde hace media hora e incluso me seguiste hasta la caja registradora —dijo con cierto tono divertido. Yeonjun soltó una risita nerviosa—. Ya te toca pasar.

—Oh... Ah, yo estaba- Y-yo estaba —balbuceaba mientras el otro sonreía y la cajera esperaba que alguno de los dos continuase con su compra—... Viendo tu hermoso tinte de cabello. ¡Te queda genial! ¿Dónde te lo teñiste?

—¿Conoces la peluquería que queda al lado del restaurante italiano a la vuelta? —Yeonjun asintió sonriéndole al chico, contento de haber podido sacar conversación—. Fue allí, los que atienden son muy amables —añadió el desconocido de cabellos claros.