Capítulo siete: de amistades y soulmates.

1.5K 224 106
                                    

Si había algo que Yeonjun odiase tanto como que dijeran que el helado de choco-menta sabe a pasta dental, era olvidar desactivar la alarma despertadora cuando no tenía clases

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Si había algo que Yeonjun odiase tanto como que dijeran que el helado de choco-menta sabe a pasta dental, era olvidar desactivar la alarma despertadora cuando no tenía clases. Con frustración, cansancio y un puchero en sus labios, estiró su mano hasta la mesa de noche de su habitación y agarró su celular, luego apagó la alarma y volvió a recostarse cómodamente, dispuesto a seguir durmiendo hasta que se viese obligado a levantarse.

Pero su celular sonó de nuevo, era una llamada de Soobin. Deslizó el botón verde y encendió el altavoz.

—¿Qué quieres? Es de madrugada, no molestes —le dijo a Bin.

Son las ocho de la mañana, hyung —justificó Soobin junto a una risita.

—Ajá, es de madrugada —contestó el mayor, arropándose con su cobija.

Como sea. ¿Podemos encontrarnos ahora en la mañana? —le preguntó—. No creo que pueda hacer lo de la pijamada porque en mi facultad hay un simposio a la que tengo que ir y es a las siete de la noche —explicó.

—Ajá, sí, sí —contestó Yeon, probablemente estando más dormido que despierto.

Perfecto. ¿Entonces, te voy a buscar a tu casa?

Un "Mhm" de parte del Yeonjun hizo que Soobin tomase su respuesta como afirmativa.

Soobin presionó tres veces seguidas el botón de timbre de la casa de Yeonjun y al mismo tiempo lo llamaba por celular

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Soobin presionó tres veces seguidas el botón de timbre de la casa de Yeonjun y al mismo tiempo lo llamaba por celular. ¿Intenso? Sí, mucho. Iba a presionarlo por cuarta vez cuando por fin Yeonjun abrió la puerta y en su rostro hay una expresión de molestia que aparenta ser de las típicas que hace él cuando tiene sueño.

—¡Son la cinco de la mañana, Choi Soobin!

—Son las ocho y media, exagerado —le dijo.

Luego besó su mejilla derecha y se adentró a su casa. Seguido a eso, fue hacia la cocina y abrió el refrigerador buscando alguna bebida fresca para pasar su sed.

—¿Debería darte una copia de mi llave? ¿Cuál era la necesidad de hacer un concierto con el timbre? —preguntó, tirándose al sofá de su sala de estar, dispuesto a dormirse de nuevo.

Las ventajas de salir con un chico [YeonBin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora