Capítulo cinco: de citas fallidas.

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Se sentía tan sucumbido ante sus emociones que ni siquiera podía conducir sin perderse en sus pensamientos

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Se sentía tan sucumbido ante sus emociones que ni siquiera podía conducir sin perderse en sus pensamientos. ¿Por qué? ¿Por qué Soobin, de un momento a otro, comenzó a hacerlo sentir así? Hace unas horas estaba completamente normal y ahora ¡pum! no puede sacar el nombre "Choi Soobin" de su cabeza.

Soobin, Soobin, Soobin. Ahora mismo, sus veintiún años de vida se reducían a su relación con Soobin.

Y justamente por la radio de su auto sonaba "Thank U, Next" de Ariana Grande e inmediatamente llegó a su mente el recuerdo de la vez que Soobin cantó esa canción en un festival de Navidad en la escuela. Yeonjun juraba que no quería llorar, pero ya lo estaba haciendo.

—¡Muévete! —escuchó un grito junto a las bocinas de los autos detrás suyo sonando y fue ahí cuando se percató de que el semáforo ya está en verde.

Arrancó nuevamente su auto y aparcó en el estacionamiento del restaurante italiano del que Taeyong le habló. Seguido a eso observó la hora: cuatro y siete minutos. Había quedado con el chico a las cinco en punto, así que tenía el tiempo exacto para teñir su cabello.

—Tenemos muchos tonos de negro, ¿Desea negro azabache, negro araña, negro metal, negro cuero, negro medianoche o negro ónix? —le preguntó el chico que lo atendía, mostrándole una revista con los distintos colores

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—Tenemos muchos tonos de negro, ¿Desea negro azabache, negro araña, negro metal, negro cuero, negro medianoche o negro ónix? —le preguntó el chico que lo atendía, mostrándole una revista con los distintos colores.

—Uhm... ¿no tienes negro aceite? Quiero un tinte bastante oscuro, pero también brillante —le dijo.

—También lo tenemos.

—¡Maravilloso! Entonces quiero ese —le dijo al muchacho, con una sonrisa amable.

Y cuarenta minutos después, el cabello de Jun ya estaba listo. Se miró en el espejo en frente suyo y observó lo fantástico que le quedó ese color oscuro. Entonces decidió sacar su celular dispuesto a tomarse una mirror selca, o tal vez más de una. Luego de eso, le pagó al chico que lo atendió y justo antes de levantarse de la silla, su celular vibró, indicando una llamada, la cual contestó sin antes ver el nombre del contacto.

—¿Hola?

Hola, Yeonnie. ¿Cómo estás? —se escuchó decir de parte de una voz masculina dulce y alegre.

Las ventajas de salir con un chico [YeonBin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora