Las ventajas de salir con un chico [YeonBin]

Capítulo dieciséis: un pequeño detalle, una gran ilusión.

La desagradablemente fría brisa mañanera le daba en la cara y alborotaba su cabello mientras caminaba (o más bien corría) hacia su salón de clases. Iba tarde, como casi siempre. Estaba molesto y gruñón porque detesta tener que apurarse porque eso lo estresa. Pero tampoco le gusta llegar tarde porque la gente suele pensar que es irresponsable. Pero esta vez tenía una buena excusa (o eso decía él), su alarma no sonó y la noche anterior se había acostado tarde. No es culpa suya que su cerebro se ponga curioso por las noches y decida pasarse las horas pensando en su situación con Soobin.

Y a pesar de estar de mal humor y tener tremendas ganas de lanzarle a alguien la botella de agua que llevaba en su mano, se detuvo en seco cuando escuchó una voz conocida llamar su nombre.

—¡Yeonjun hyung! —gritó Junseo desde no muy lejos, saludándolo con la mano.

El más joven dio unos pasos más y quedó en frente de Yeonjun, quien lo saludó de vuelta con una sonrisa de dientes.

—Anoche me escribiste y dijiste que me dirías algo hoy antes de clases —le recordó.

Yeonjun pareció intentar recordar lo que había hecho el día anterior y después puso una expresión de sorpresa, formando una "o" con sus labios. ¡Claro! Tenía que decirle lo que Soobin le pidió.

—Escucha, voy tarde, así que te lo diré de forma simple —dijo con rapidez. Sus palabras iban casi chocando entre ellas—. Ayer Soobin me dijo que no cree que tú y él tengan suficiente química, ¡pero le agradas! Aún así lo mejor es que dejen eso atrás —concluyó con su voz sonando tan amable como siempre.

—Está bien—Junseo rio con indiferencia—. De todos modos pienso lo mismo —mencionó, dejando a Yeonjun más tranquilo—. Y, no lo sé, creo que podría intentar algo con Seokhwa. Últimamente siento que tenemos una muy buena conexión —agregó y una linda sonrisa iluminó su rostro.

—¡Uh! ¡Eso suena interesante! —Yeonjun sonrió pícaro—. Me quedaría a charlar, pero voy cinco minutos tarde a mi primera clase. ¡Nos vemos luego! Y tenemos que seguir el tema.

Abrió la puerta del aula con cuidado, en espera de un llamado de atención de parte de su profesora. Pero para su sorpresa y fortuna, su docente aún no había llegado. Además, el aula estaba casi vacía y solo habían alrededor de siete personas allí.