✦ ᴄᴏɴ ϙᴜᴇ ᴀᴜɴ ᴍᴇ ᴀᴍᴀs ᴇʜ?( Pico×Keith )✦[RE ESCRIBIENDOSE]

⊹010⊹

Había pasado un año desde que Pico y Keith comenzaron oficialmente a salir. Un año desde aquella confesión, desde la primera vez que se tomaron de la mano sin miedo, desde que se dieron cuenta de que el otro era su lugar seguro.

Durante ese año, llevaban ya un tercio de la uni lista, conseguido pequeños trabajos, sobrevivido a exámenes, proyectos y fiestas que ninguno recordaba del todo. En el fondo, ambos sabían que el siguiente paso estaba cerca. Muy cerca.

Y por eso, Pico invitó a Keith al mismo restaurante donde, un año atrás, le había pedido ser su novio.
El mismo mesero, la misma mesa, hasta la misma pizza. Keith recordaba perfectamente el lugar... y también cómo terminó con Pico comiéndole la boca detrás del menú.

Pico se aclaró la garganta.

—Yo... —murmuró, tocándose el cuello, claramente nervioso.

Keith lo miró con la cabeza ladeada, curioso.

—¿Qué pasa?

Pico respiró hondo, sacó una cajita de su bolsillo y la deslizó sobre la mesa con las manos temblorosas.

—Keith... ¿tú te... casarías conmigo?

Silencio.

Luego el grito ahogado, la silla moviéndose, Keith lanzándose encima de él con los ojos brillantes.

—¡Sí! ¡C-claro que sí, Pico! ¡Sí quiero! —dijo con la voz quebrada por la emoción—. Te amo demasiado...

Pico sonrió de oreja a oreja, abrazándolo fuerte.

—Gracias por aceptar... amor.

Los demás comensales los miraban raro. Ellos ni se enteraron.

–unos minutos largos después...

—Yo pago la cuenta —dijo Keith, sonriendo.

—No, yo la pago —respondió Pico, cruzándose de brazos.

—No. Yo.

—Yo.

—¡Yo!

—¡TSK! ¡Ya está bien, págala tú! —renunció Pico, derrotado.

Keith se rió victorioso.

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Unos días más tarde, Keith le contó a Cherry que se casaría con Pico. Ella, siendo una buena amiga, lo arrastró de inmediato a buscar no un traje... sino un vestido.

—¿Por qué un vestido, Cherry? —preguntó Keith, indignado.

—Porque te ves precioso. Y punto.

Treinta minutos después, Keith estaba frente a un largo espejo, con un vestido blanco que le marcaba la cintura y le brillaba los ojos.

—Ok... admito que está bonito —cedió, ruborizado.

Cherry sonrió con malicia.

—A Pico se le va a caer la mandíbula.

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Mientras tanto con Pico...

—Este está feo —dijo, sosteniendo un traje negro.

—A ver —respondió Tankman— ¿te vas a casar o irás a un funeral?

—¡Me voy a casar, papá! ¡ME VOY A CASAR!

Tankman lo miró con una ceja levantada.

—Ah.

Cinco minutos después...

—Este sí está bueno —dijo Pico probándose otro traje.

—Ese sí —admitió Tankman.

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2 meses después...

El día llegó.

Los nervios también.

Tankman ajustó el cuello de la camisa de su hijo.

—¿Listo?

—Creo que voy a vomitar.

—Eso es un sí —respondió Tankman, palmeándole la espalda.

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Del otro lado, Cherry intentaba que Keith saliera del baño.

—¡No saldré con eso bajo el vestido!

—¡No te vas a morir! —respondió ella rodando los ojos.

—¡Cherry, me va a rozar!

—¡Es ropa interior, Keith, no una sierra eléctrica!

Finalmente, salió.

Cherry suspiró.

—Estás hermoso... Pico se va a desmayar.

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El altar estaba lleno de caras conocidas: Skid, Pump, Carol, Whitty (porque sí), Sunday (que casi se cayó entrando), y un cura que claramente no sabía dónde se había metido.

Pico lo vio caminar hacia él, del brazo de Tankman, con el vestido blanco, los ojos brillosos.

Se le cayó el alma.

—Es hermoso... —susurró, sin darse cuenta de que hablaba en voz alta.

Keith solo sonrió.

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—Pico —dijo el cura—, ¿acepta a Keith como su legítimo esposo hasta que la muerte los separe?

—Sí. Acepto —respondió sin dudar.

—Keith, ¿acepta a Pico como su legítimo esposo hasta que la muerte los separe?

—Sí. Acepto —dijo con una sonrisa demasiado grande.

—Puede besar al novio.

Pico y Keith se miraron.
Después del beso...
todos gritaron, aplaudieron, y alguien lanzó confeti.

Los anillos brillaron al sol.

Pico llevaba uno con un sol.
Keith uno con estrellas.

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La fiesta fue... caótica.

Hubo alcohol.

Hubo baile.

Hubo un momento donde Keith subió a una mesa y cantó algo que nadie recuerda pero todos aplaudieron.

Cinco horas después, solo quedaban ellos: Cherry, Carol, Skid, Pump, Whitty, Sunday... todos riendo y medio ebrios.

—Mejor nos vamos —dijo Pump.

—Sí —respondió Pico sujetando a Keith, que estaba cantando mal un tema que ni siquiera tenía letra.

Lo llevó a la academia, lo ayudó a recostarse, le sacó los zapatos, lo tapó.

Keith abrió los ojos un segundo.

—...me duele la cabeza...

—Tomaste toda la noche... —respondió Pico, sentándose a su lado.

—¿Tú me tuviste que soportar ebrio...? —murmuró Keith, entornando la vista.

Pico sonrió, acariciándole el pelo.

—Sí. Y lo haría siempre. Hasta el final.

Keith se acomodó.

—Te amo... esposo mío...

—Y yo a ti —respondió Pico, antes de apagar la luz.

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❝ 𝘜𝘯𝘢 𝘣𝘰𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘥𝘰𝘴 𝘫𝘰𝘵𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘧𝘳𝘦𝘯𝘪𝘭𝘭𝘰 𝘥𝘦 𝘈𝘥𝘳𝘦𝘯𝘢𝘭𝘪𝘯𝘢.❞ —Skid, probablemente.

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Gracias por leer otra parte de esta historia 💖
A veces me tardo, pero siempre vuelvo.
Sigan hidratándose, sigan shippeando, y si encuentran un Pico que les pida matrimonio, DÍGANLE QUE SÍ. ✨

832 palabras.