✦ ᴄᴏɴ ϙᴜᴇ ᴀᴜɴ ᴍᴇ ᴀᴍᴀs ᴇʜ?( Pico×Keith )✦[RE ESCRIBIENDOSE]

⊹015⊹

Pico levantó la mirada apenas Keith entró a la habitación, tímido, aún con la voz débil.

—Gracias p-por venir — murmuró Pico, acomodándose en la cama.

—De nada, amor... Keith avanzó unos pasos, dudando un segundo antes de sentarse.
—También quería preguntarte algo.

Pico ladeó la cabeza.
—¿?

Keith respiró hondo.
—¿Quieres ir a la próxima gira de Miku conmigo?

El pecoso parpadeó.
—...solo si vas tú.

—Voy a ir.
La sonrisa se asomó en los labios de Keith, nerviosa.
—¿Eso significa que sí?

—Supongo... ¿cuándo será?

—El 13 de diciembre, en Reino Unido.

Pico abrió los ojos, como quien recibe una noticia demasiado temprana.
—Estamos a uno de octubre...
—Ya.

Keith sonrió como un niño.
—:D

—Y... cómo están allá? — preguntó Pico.

—Bien, la verdad.

Pico suspiró aliviado.
—:')

Keith bajó la mirada de pronto.
—Aunque... mi papá te va a matar.

Pico se tensó.
—¿Y por qué...?

—Bueno... es que literalmente me diste un balazo en la espalda, tienes armas y además te disparaste en el pecho.

Pico soltó un suspiro largo.
—Con razón quiere hacerme eso...
Hizo una pausa y apretó el pecho.
—Ah...

—¿Estás bien?

—Me empezó a doler el pecho...

Keith se alarmó.
—Voy a pedir a alguien que venga.

—N-no hace falta... tengo un botón aquí...
Keith no esperó. Presionó el botón.

El doctor Marc apareció casi de inmediato.

—Venimos lo más rápido que pudimos.

—Le duele el pecho — dijo Keith, preocupado.

Pico solo asintió.

—Es normal — explicó el doctor mientras revisaba.
—Puede costarle respirar después de una intervención de pecho, pero no hay nada grave.

—¿Y cuándo podría salir? — preguntó Keith.

—Si mejora, en dos o tres semanas. Si empeora, un mes.

Pico levantó la mano.
—¿Puedo ir al baño o...?

—Sí, solo muévase con cui—

Pero el médico no alcanzó a terminar: Pico ya se había levantado sin escuchar nada.

Keith suspiró.
—Creo que no se aguantó.

Más tarde, con todo calmado, Pico regresó.
Marc se retiró y Keith volvió junto a él, ahora más tranquilo.

—¿Crees que podamos hablar con Sunday y cantar? Un concierto.

—Yo creo que sí.

—Obvio cuando estemos mejor, no vamos a ir mal.

Keith sacó su celular.
—Puedes escribirle, toma.

Pico buscó el chat mientras Keith se iba al baño.
Desde la cama, el pecoso revisó contactos, murmurando para sí:

"¿Por qué tiene tantos contactos...? Mejor escribo antes de que vuelva..."

Keith regresó.
—¿Le escribiste a Sunday?

—Sí.

Keith sonrió.
—Ok : )

Pico hizo un gesto para llamarlo.
—Oye... ven. Quiero decirte algo.

Keith se inclinó.
—¿Sí?

Pico susurró en su oído:
—Si mejoramos rápido... ¿tendremos luna de miel algún día?

El azulino se sonrojó hasta las orejas.
—S-solo no me pongas en silla otra vez...

Pico sonrió.
—Eso es un sí.

Un mensaje entró.
—Oh, Sunday respondió — dijo Keith.

Leyó en voz alta la respuesta, y tras ponerse de acuerdo en fechas, el tiempo de visitas terminó.

Keith se despidió con una mirada que no dejaba dudas.
—Nos vemos mañana, amor.

Pico respondió con la misma suavidad.
—Te espero.

-esa noche..

Eran las 5:46 AM cuando Keith comenzó a convulsionar.
Otis, que dormía en la misma habitación, despertó sobresaltado y apretó el botón de emergencia sin pensar.

La enfermera llegó, vio a Keith temblando y actuó de inmediato, administrándole medicación hasta que el cuerpo del chico se detuvo.

—Es raro que esto pase — murmuró.

—¿Qué tan raro? — preguntó Otis, medio dormido.

—Hay un 45% de posibilidad... no es común, pero puede pasar.

Otis asentó.
—Ok...

La enfermera se retiró, y entre suspiros Otis volvió a dormirse pensando "Luego le pregunto qué hizo con Pico..."

-al día siguiente

Pico entró más tarde y se encontró con Otis y Keith discutiendo algo tan tonto como si uno roncaba o no.
La escena era ridícula y cálida.

Keith saludó, aún cansado.
—Hola chicos... ¿qué hacen?

—Discutir — dijo Pico.
—Hablar — dijo Otis.

Y así hasta que Keith tuvo que reír.

-finalmente, pico y keith a solas

Otis llevó a Keith a la habitación del pecoso y los dejó solos.

Keith abrazó a Pico sin aviso, escondiendo el rostro en su cuello.

—Te amo, Pico. Te amo mucho...

Pico lo sostuvo.
—¿Qué pasó?

—Nada... solo te extrañé.

El beso llegó después, inevitable, cálido, profundo, seguido de una batalla de lenguas que las cámaras de seguridad no estaban preparadas para ver.

Más tarde, Keith fue por agua, Pico lo esperó, y el día continuó entre pequeñas rutinas hospitalarias... hasta que Keith finalmente fue dado de alta.