PRØLØGØ.

282 31 5
                                    

—¿Hola? ¿Estás aquí? —hablé en voz alta al mismo tiempo que me encaminé hacia la cocina a servirme un vaso con agua.

Al llegar, abrí el refrigerador y saqué la jarra con el líquido transparente, luego me aproximé a buscar un vaso en una de las despensas. Me detuve al instante ya que algo había llamado mi atención, y fue darme cuenta que el organizador de cuchillos estaba boca abajo solo que, sin cuchillos.

Miré a todos lados en busca de ellos, pero no estaban en ninguna parte de la cocina. <<Esto es obra de él May, mantén la calma>> me alenté, y con eso dejé la jarra sobre la mesa para dirigirme a la habitación de mi madre.

Nunca se le quitará ese hábito de querer asustarme. Idiota.

Subí las escaleras y una vez arriba avancé hasta la habitación. No obstante, me paré en seco al ver que la puerta ya estaba abierta.

Inmediatamente pensé:

¿Y si entraron a robar? ¿Si esas personas están en esta habitación? Y si me ven, ¿Tendré tiempo de correr? Comenzaba a cuestionarme y a ponerme nerviosa.

Transcurrieron unos minutos y yo seguía parada frente a la puerta dudando en si entrar o no. Pero tras analizar la situación, decidí tomar el teléfono que tenía dentro de mi bolsillo y marcar al 911 en caso de que me quisieran hacer daño.

Así que segura, empujé la puerta y...

Chillé con horror.

Realmente no esperé encontrarme con una escena tan espantosa y traumática. Quedé rígida en mi lugar ante la imagen que capturaron mis ojos, por inercia dejé caer mi teléfono logrando que este impactara con el duro suelo e hiciera ruido por toda la habitación. Pero siendo honesta el ruido no fue lo que me afectó...

Las sábanas manchadas de sangre.

Algunos cuchillos a los lados.

Ella tirada en la cama.

Y él, con sus manos ensangrentadas.

Me observó con su expresión neutra de siempre e instintivamente mis ojos se cristalizaron y todo mi cuerpo comenzó a temblar aunque yo permanecía inmóvil.

—May... —soltó con dureza.

Me costó reaccionar y cuando por fin lo hice, las palabras quedaron atascadas en mi garganta por lo que tuve que carraspear para responder.

—¿Q-que hiciste?

†††

INTERVENCIÓN: ¡Hola! Sí, volví yo, again, con mucha alegría y emoción por darle play a ésta nueva historia.

Disfruten del prólogo y de los capítulos que vienen:)

Arrodíllate ante míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora