El Niño De Los Ojos 🅐🅩🅤🅛🅔🅢 © (EN HIATUS)

19. Picadura de mosquito

—¿Por qué no me dijiste que Utahime tenía novio? ¿Eh pequeño mocoso?— cuestiono Gojo mirando a su hijo

Yoshio solo río
—¡Daaah! Por qué tu no me lo preguntaste antes— le saco la lengua y se subía al pasamanos

Padre e hijo se encontraban en una pequeña área recreativa en aquella parte del centro

El atardecer era hermoso en aquella zona y estaba lleno de vida en ese momento ya que estaban cerca de uno de los antiguos y más concurridos santuarios

Había muchos niños en aquel momento jugando en los pasamanos, columpios y demás juegos

Gojo hizo una mueca
—Pero tu dijiste que hubo hombres que la hicieron llorar... ¿Eso quiere decir que salía con otros? ¿No?—

—Si, pero eso fue antes de Kenji— decía Yoshio sujetándose del primer pasamanos
—él es el único que no ha hecho llorar a mamá — Sonrió

Gojo se sintió un poco mal por eso,
también él la había hecho llorar el día anterior

—¿Y qué paso con los anteriores hombres con los que salió tu madre? ¿Por qué dices que la hicieron llorar?— cuestiono curioso Gojo
—Aunque Utahime siempre ha sido una llorona...—

—Con la mayoría solo salió una vez, pero siempre la hicieron llorar porque no les gustaba su cicatriz, una vez escuche a uno de esos cretinos decir que esa marca era horrible... ¡La cicatriz de mi mamá no es para nada horrible!— dijo un poco molesto mientras cruzaba por aquel juego

—Para nada es horrible, tu madre es muy hermosa — dijo Gojo con una leve sonrisa

Rápidamente busco con su vista a dicha mujer, la cual estaba conversando con Ijichi en unas bancas

Yoshio miro el rostro de su padre, noto que tenía un brillo especial en los ojos

—Y yo les di una lección a todos esos hombres que hicieron llorar a mamá— comento Yoshio sonriendo mientras sujetaba las siguientes barras

Pero cuando iba a llegar a la última barra, Yoshio no se sujetó bien y estaba por golpearse contra el suelo

Por suerte, su padre alcanzó a sujetarlo pasando sus manos por entre sus axilas

—¿Les diste una lección? ¿Cómo?— pregunto Gojo levantando una ceja

Una sonrisa traviesa elevó las comisuras de los labios de aquel pequeño

Yoshio era un niño lleno de ocurrencias, pero muy inteligente

Cuando combinas ambas cosas, pueden salir muchas travesuras

Yoshio desde muy pequeño se tomó en serio las palabras que le dijo su abuelo:
"Cuida a tu madre de los hombres que la hagan llorar"

Así que siempre que un hombre decía algo malo o feo de su madre o la hacían llorar, siempre acababa haciéndoles alguna travesura

Como ponerle a uno de ellos super pegamento en algún asiento al grado de hacerles un hueco a sus pantalones

O hacer que uno que otro se clavara alguna tachuela en los pies o en el trasero

Incluso a otros los asusto "fingiendo" que los maldecía por el resto de sus vidas

Al ser considerado en el templo como "un aprendiz de sacerdote", sólo tenía que decir una que otra palabra al azar para que creyeran que estaba pronunciado algún "conjuro"