27. Una palabra mía bastara para eliminarte (Parte.2)

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Continuación...


04:45 p.m.

Las piezas en el tablero seguían moviéndose

—¡Yoshio!— empezó a decir Ijichi en voz baja mientras caminaba con cuidado entre aquellos pasillos

Debía encontrar rápidamente a ese niño si es que seguía dentro de aquel lugar

—¡Yoshio! — empezó a abrir algunas bodegas y locales

Aquel asistente entraba con miedo a aquellos lugares, pero no veía rastros de ese niño

—¿Dónde estarán? — se cuestionó acomodando una vez más sus lentes y aflojando más su corbata

No fue hasta que entro a otra bodega que notó que ahí pudo haber estado Yoshio y compañía

Notó las dos sillas recargadas la una de la otra, las cuerdas en el suelo y las gotas de sangre y de orina

—¡Oh cielos! ¡Debemos encontrar a Yoshio en una pieza, sino Utahime senpai nos va a matar!— trago saliva ante el miedo que le producía su superior estando molesta

Rápidamente el asistente salió de ahí y siguió buscando, pero solo se encontró con otra espantosa escena

En uno de los pasillos, se encontró con aquellos hechiceros con los que se habían topado un rato atrás

Pero esta vez, todos estaban en el suelo y cubiertos de un rojo muy brillante ... algo o alguien los había atacado

—¡¿Qué... que paso aquí?!— Ijichi estaba helado por el miedo

Un quejido le advirtió que uno de esos cuatro hombres seguía vivo

Rápidamente se acercó al rubio, quien milagrosamente seguía con vida

—¿Qué pasó? ¿Acaso esto es obra de la maldición?— pregunto Ijichi auxiliado a aquel hombre

—No...— gruño de dolor mientras Ijichi lo ayudaba a sentarse recargándose en la pared —Fue esa maldita mujer —

—¿Eh? ¿Reiko san?— el asistente dijo con confusión

—Parece que el poder maldito de esa zorra es la manipulación o algo parecido... — tosió — porque todos ellos de un de repente empezaron a atacarse entre sí de la nada ...— gruño —Esa mujer es muy... peligrosa — cubría la perforación que tenía en el estomago

—Ya veo...— dijo Ijichi sorprendido —Esto es una pesadilla—

Mientras Ijichi le aplicaba rápidamente unos primeros auxilios, un fuerte ruido les advirtió que la maldición estaba cerca

—Debemos encontrar rápido a ese niño...— tosió sangre —Mi clan no me perdonaría si algo le pasara — tomo con fuerza el brazo de Ijichi

Rápidamente, aquel rubio le explico al asistente que se enteraron por parte de una ventana que seguía en secreto a ese niño y a su madre, que alguien había secuestrado al futuro líder de su clan... por ese motivo estaban esos cuatro ahí

Eso último lo explico antes de caer inconsciente por la pérdida de sangre

Aquel asistente trago saliva una vez más... debían darse prisa en encontrar a esos pequeños

Mientras tanto, el ruido de esa criatura se hacía más y más fuerte a cada instante



04:59 p.m.

Aquella maldición se arrastraba por los pasillos, jalando sus caderas y gruñendo

El Niño De Los Ojos 🅐🅩🅤🅛🅔🅢 © (EN HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora