24. Las misiones no son parques de juegos

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—Yoshio... No esta...

La voz de Ijichi fue contundente y fría

Gojo sentía que su alma casi abandona su cuerpo al escuchar eso

Por primera vez, Gojo se sentía morir y si no encontraba a su hijo pronto, era seguro que Utahime lo mataría por fin



Unas horas atrás...

Domingo

El plan de Gojo era muy sencillo para ese día

Llevaria a Yoshio a la torre de Tokio antes de regresarlo a Kioto con Utahime antes de las 7 p.m. como habían acordado

Así que ese día se habían levantado temprano y con muy buen humor

—Terminando tu desayuno, iremos a la torre de Tokio como te lo prometí, así que lleva ropa cómoda — comento Gojo sirviéndole a su hijo unos huevos revueltos

Eso de la paternidad se lo estaba tomando en serio y más con un niño que comía demasiado como él

—¡Yei! ¡Al fin conoceré dicho lugar!— dijo Yoshio muy emocionado

Parecía que todo iba a ir de maravilla... eso hasta que el trabajo llamó al teléfono

El celular de Gojo empezó a sonar con insistencia

—¡Hola, Aquí el hechicero más fuerte!— contesto Gojo giñendole el ojo a su hijo

Aquel niño solo río por aquel gesto mientras se llevaba más comida a la boca

—Satoru querido, que bueno que contestas — era Reiko quien le estaba llamando

—Reiko, hermosa dime ¿Pasa algo para recibir tu llamada en mi día libre?— pregunto Gojo muy curioso

Aquel albino se levantó de la mesa y se fue a la sala para contestar aquella llamada de su "aliada"

Yoshio hizo una mueca al escuchar hablar a su padre así con otra mujer que no fuera su madre

Así que volvió a romper la regla de la "privacidad" y se fue a la sala a espiar a su padre

—¿Quién demonios es Reiko? ¿Acaso será la "novia" de papá?— se cuestionó Yoshio mentalmente mientras se escabulló a la sala

—Si pasa algo importante cariño— dijo Reiko sonriendo desde el otro lado de la bocina

Bastaron pocos días para que esos dos se hablaran muy cariñosamente

Últimamente estaban coqueteando descaradamente, sobre todo Satoru

—¿Qué ocurre querida? ¿Para que necesitas de mis servicios?— preguntó Gojo con una gran sonrisa

—Iré al grano, hay una maldición de categoría especial en uno de los espacios más concurridos de Tokio, más específicamente en un edificio un tanto antiguo cerca del Harajuku y queríamos que la elimines de una vez por todas ya que nos anda "causando" ciertos problemas actualmente — explicó Reiko mientras jugaba con un mechón de su cabello

Gojo por el otro lado de la bocina rasco su cabeza mientras veía por la ventana, aquello hacía que sus planes con su hijo se vinieran abajo

—¡Oh ya veo! ¿Pero en serio tiene que ser en mi día libre? Este día realmente estoy ocupado— contesto Gojo mirando levemente a la cocina

—Lo siento amor, pero es algo que de verdad necesitamos que elimines antes de que acabe con otra vida, me gustaría que fuera de otra manera, pero ya sabes un trato es un trato, trabajo es trabajo... — comento Reiko

El Niño De Los Ojos 🅐🅩🅤🅛🅔🅢 © (EN HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora