25. Dale una oportunidad

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Este capítulo estará centrado en Utahime

Espero les guste antes de regresar con lo sucedido con Yoshio y Gojo en aquella desastrosa misión

Aun así, este capítulo es importante para lo que se viene

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¿Qué tienen en común las palabras dichas por un anciano y por un niño?

Que ambas tienen tintes de ternura, realidad y a veces un tanto de dolor



Domingo, 10:00 a.m. en Kioto

—¿Cómo le estará yendo a mi niño?

Pregunto Umeko de manera cálida, como solo una abuela lo suele hacer, con mucho cariño y anhelo

Su hija solo hizo una mueca y puso los ojos en blanco

—Pues por la foto que me mando ese idiota, parece que ambos se estaban divirtiendo bastante en el desayuno— sonaba un poco molesta

Utahime empezó a mover y golpear con más fuerza la escoba contra el suelo levantando el polvo, parecía no estar de humor

—¡Solo espero que Satoru este cuidando de MI HIJO como debe ser, espero que no le haya dado demasiada azúcar en el desayuno y que lo regrese SANO Y SALVO a la hora acordada!— dijo a regañadientes

Ambas mujeres estaban haciendo un poco de limpieza y purificación antes de abrir el santuario

Ellas preparaban la tienda y el recibidor para los típicos visitantes y creyentes que van los domingos por la mañana

Mientras las aprendices de Miko preparaban los altares y el lugar de la purificación

—¡Yo también espero que ese Imbécil de cabellos blancos no esté poniendo en peligro a mi asistente y futuro sucesor! — dijo Mamoru terminando de prepararse con su vestimenta blanca

Su esposa bufa un poco por aquel comentario
—Querido, Pensé que seguías enojado con Yoshio—

—Con ese niño ya no estoy molesto porque siempre se sale con la suya como el buen Iori que es— empezó a mover su mano derecha levantando su dedo índice

—¡Pero con el que sigo furioso es con el idiota de su padre, aún me debe mi Pagoda!— dijo aquel abuelo en un tono serio y apuntando al techo

Su esposa río un poco y se llevó una mano a la cadera
—Haz estado molesto con el pobre Satoru kun desde hace más de 16 años, ya es hora que dejes de odiarlo—

—Ese Imbécil no se merece ni mi respeto ni mi bendición y quizás lo siga odiando hasta el día que me muera ¡Así que ya deja de defenderlo mujer! Ese idiota siempre fue tu hechicero favorito— soltó aquel sacerdote aún molesto

—¡Por favor Querido, Satoru kun es buena persona!— su esposa le respondió alegremente

—Yo sé que hubo un tiempo en que si extrañabas el verlo por aquí, sobre todo cuando estaba más joven— Umeko tenía una sonrisa en sus labios
—Recuerdo que hasta decías que lo querías de yerno — dijo con dulzura mientras su marido torcía la boca

Umeko sonrió un poco por la actitud de su marido, en el fondo ella sabía que ese gruñón quería a su manera a aquel hechicero que decía odiar

—¡Eso fue hace muchos ayeres, cuando él solo era un niño! Después creció y se volvió insoportable— tomo un sombrero negro de sacerdote

—¡Y Nunca lo extrañe ni lo extrañaré! El que haya regresado debe ser un mal presagio de nuestros kamis — aquel hombre miró un momento al techo mientras se amaraba su sombrero sintoísta

El Niño De Los Ojos 🅐🅩🅤🅛🅔🅢 © (EN HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora