𝐅 𝐎 𝐑 𝐄 𝐕 𝐄 𝐑 𝐘 𝐎 𝐔 | EDMUND PEVENSIE

𝐈𝐕

"Keep me here
My heart is near
My love has gone away/It's okay
I know someday I'm gonna be with you
It's okay
I know someday I'm gonna be with you"

- It's Ok, Tom Rosenthal

❦︎

Entre tanta ropa, decidieron cambiarse el uniforme a su cómoda ropa narniana.
Añoraban la suavidad y comodidad de aquellas prendas.

No como la de sus uniformes.

Las tres chicas se habían quedó dentro de la cámara mientras los otros dos salían a vestirse afuera, para darles un poco de privacidad.

Y en cuanto estuvieron listos, se pusieron sus zapatos y tomaron sus cosas para empezar averiguar que sucedía.

Habían tomado unas cuantas manzanas para su camino y el mayor de ellos como siempre, los guió por el lugar.

Su camino a veces era en silencio o hablaban de las veces que recorrían cierto lugar cuando pasaban por ahí. Todo parecía causarles nostalgia y melancolía cada que hablaban de algo como eso.

Narnia sin duda había cambiado un poco y eso se podía notar a leguas.

Hasta que llegaron a un pequeño río.
Alana suspiró cansada y pasó su brazo por el hombro de Edmund.
El azabache la miró divertido mientras le tomaba de la cintura y seguían caminando.

— Ya no puedo... — bufo.— ¿podemos descansar un rato aquí? — pidió.

Peter la miró divertido y luego esa diversión se acabó, al escuchar voces provenientes del río.
Alana se soltó al instante del pecoso.
Susan preparó su arco, Edmund su espada y Alana desvaino la suya, al igual que Peter a su otro lado.

Y ahí vieron que algo andaba mal.

Aquellos hombres en el pequeño bote, tenían a un enano atado de manos y boca. Lo tomaban por los hombros para arrogarlo, hasta que Susan lanzó la primera flecha aquel bote y habló.

— ¡Liberenlo! — bramo, haciendo que aquellos hombres los mirarán.

— ¿¡Liberenlo!? — exclamó, el enano alarmado con la soga en la boca.

Los hombres lo arrogaron al lago sin dudarlo y Susan soltó la segunda flecha a uno de ellos. El otro al ver que estaban por atacarlo también, se arrojó por voluntad propia al agua.
Peter corrió al lago a ayudar al enano y Edmund fue por el bote al ver que ya nadie estaba en él, tirando su espada al instante al igual que su hermano.

Alana tomó sus espadas al instante y las sostuvo acercándose a la orilla a esperarlos con sus amigas.

Peter al poco tiempo, llegó con el enano y lo recostó en las piedras mientras tosía.
La más pequeña de ellos, sacó su daga y corto las sogas de sus manos.

El enano al verse libre, quito por completo la soga de su boca, escupiendo el agua mientras tosía.
Susan intercambio una corta mirada con el mayor de los cinco y le sonrió débilmente.

Alana al escuchar los pasos de Edmund a su lado y le entregó su espada. El azabache asintió agradecido y el enano miró a Susan molestó.

— ¡¿Qué me liberen?! — bramo.— ¿No se te ocurrió algo más brillante? — espetó, molesto.

Susan lo miró confundida.— Un simple gracias era más que suficiente. — replicó.

— Ellos sin tú ayuda estaba ahogandome perfectamente. — replicó, apuntando el lago.