Matrimonio Concertado con el CEO.

Capítulo VII Reunión de diosas. Los primeros castigos divinos

Arianna.

La llamada de emergencia era en realidad una reunión que realizábamos cuando una de nosotras necesitaba consuelo o para ayudarnos aclarar ideas. Y desde luego el que el asistente de mi prometido quisiera casarse con una de mis amigas, si ella no conseguía llevarlo su cama en una semana, cuando menos era digna de una reunión urgente.

Principalmente porque todas conocíamos la aversión que sentía Emy al matrimonio. Su padre fue un verdadero canalla que no le importó enamorar a una guapa heredera española, para llevársela lejos de su familia, donde la anuló, la utilizó y cuando se hartó de ella, le arrebató a su hija, tras abandonarla por otra mujer, divorciándose de ella. Su madre no soportó eso y se suicidó, de una sobredosis, en el mismo hotel en que el padre de Emy le hizo firmar el divorcio. La infancia de Emy fue un ir venir de mujeres, matrimonios de conveniencias y divorcios escandalosos que llenaban las páginas de los periódicos y revistas.

Mientras, ella creció convencida de su madre la había abandonado y su padre tampoco la quería porque le recordaba a su exmujer, una mala mujer, una loca. Además, no era un varón, un heredero, para el misógino de su padre, ese era otro de sus fracasos.

Si no llega a parecer el abogado de sus abuelos maternos, aun estaría en Estados Unidos intentando complacer a su padre en todas sus exigencias. Por eso cuando consiguió alejarse de él, se juró que nunca se casaría, ni le daría el poder a un hombre para que le hiciera daño, como su padre le hizo a su madre. 

Cuando llegué al chalet de Emy, sabía que estarían en la zona de piscina. Ya conocía el ritual de mis amigas y no necesitaba que Paco, el asístete del hogar, osea el mayordomo de Emy,  me avisara donde estaban.

Me resultó gracioso ver que, por fuera de la casa de mi amiga, estaba lleno de guardaespaldas y coches de lujo de alta gama. Ya suponía quien eran sus dueñas. Le dije Jacob que no me siguiera que este era una reunión privada y que se organizaran con sus “amigos”, los turnos por que hoy dormiríamos en casa de Emy.

-” Si quieres dile a tu jefe, cuando te pida el reporte diario, que estoy segura que lo hará, que estamos en nuestra despedida de solteras. Donde habrá alcohol, baile, fiesta, mujeres y por desgracias no hay hombres porque con tanto perro guardián en la puerta no lo dejaran pasar.” le dije a Jacob para que se lo notificara a mi prometido.
 
-” Seguro que cuando se lo reporten, sonreirá satisfecho, ¡el muy manipulador! “- murmuré mientras me dirigía a la piscina.

Ya estaban todas esperándome, y al mirarlas supe que iba ser una noche larga y peligrosa para cualquier hombre que se atreviera a acercarse a más de 50 metros de nosotras.

-” Chicas avisad a vuestros guardianes, como se atrevan a aparecer para espiar para el enemigo, va a conocer la ira divina, el castigo de las diosas”- les sugerí cogiendo mi móvil, para darle mi ultimátum a Jacob.

-” Ni que se le ocurra, y como se ponga a mandar información al tío bueno de mi prometido niño de mamá, le hago la vida imposible, seré su peor pesadilla”- sentencio Miriam mandando su mensaje.

-” ¿Tenia que dejar claro que tu prometido esta bueno?”- se burló Elena, cerrando el móvil tras haber mandado su mensaje de advertencia. 
-” Porque tú no haces más que llamar a tu playboy, después de la reunión que tuviste hoy en su despacho.
Seguro que llegaron a muchos acuerdos, con tu lengua en su garganta”- le contesto la directa Miriam. Yo recordé como negociamos Keanu y yo, y casi me atraganto con el recuerdo, tuve que toser para recuperar el aire.

-” Vaya parece ser que las tres estuvisteis muy entretenidas devorando la boca de vuestros prometidos, ¿Hubo tiempo para negociar o perdisteis la virginidad sobre la mesa del despacho de la empresa Powell, en aras de mejorar vuestra relación, supongo?”- dijo Emy riendo. Las tres nos miramos ruborizadas y contestamos a la vez.