Capitulo XIII. Una mosquetera durmiente.

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Kevin J.

No podía dejarla, si ella despertaba y yo no estaba su lado, tendría miedo. Llevaba dos días a los pies de la cama de mi esposa. Según le habían dicho los médicos, los asaltantes que se llevaron a mi esposa pertenecían a la mafia rusa, habían sido contratados por mi madre, para hacer desaparecer a mi esposa, una vez que mi madre la golpeara cuando ya estuviera en sus manos.

La rabia y el odio hacia la mujer que te dio la vida es algo muy horrible de vivir para cualquier ser humano, pero saberse castigada con perder lo único que siempre quiso, era el castigo más adecuado para mi madre. Ordene a los abogados que la fueron a detener que le dijeran que había perdido a su nieto, ya nunca sería la madre de CEO. Las órdenes de arresto fueron solicitada por el abuelo, debido la abrumante cantidad de pruebas que aportaron los esbirros cuando los atrapamos en el piso donde estaban escondido en la capital de la isla, Santa Cruz de Tenerife,

Cuando llegamos allí descubrimos que, Mariam, había sido sedada con un somnífero fuerte, la trasladaron en seguida al hospital más cercano, debido a su estado de embarazo, era muy peligroso ese tipo de medicación para nuestro hijo.

Estuvo a punto de perderlo, pero al parecer mi mujer y mi hijo son mas fuertes de lo que pensábamos, y ambos aguantaron, pero por alguna razón, mientras, el bebe sigue bien, la madre aún no ha despertado, los médicos no encuentran la razón, piensa que tuvo una mala reacción al somnífero y esto le ha provocado un coma inducido por los medicamentos.

Así llevaba varios días y yo sin moverme de su lado, casi no comía, mis primos , sobre todo Keanu a tenido que sacarme a rastras para que me alimentara, en dos ocasiones, mientras sus amigas se quedaban a su lado.

Yo parecía una caricatura mala de la persona que fui.

- "¡No me puede dejar, Keanu, no se puede ir!, sin ella no puedo, sin ella no quiero seguir."-le dije una tarde que me derrumbé en una de esas incursiones que mi primo había cargado conmigo, sacándome de la habitación para que me alimentara. Mi primo me abrazó, el entendía lo que yo sentía, también estuvo apunto de perder a su mujer, cuando esos desalmados le pusieron un cuchillo en el cuello a su mujer, el miedo que reflejaba las caras de mis primos era una copia de la mía.

- "Ella no te dejará es demasiado testaruda, y si te deja a quien puede mortificar con esa lengua que se gasta, además si la envían arriba, es capaz de amargarle la vida a San Pedro para que la vuelvan a mandar a la tierra, a tu lado."- lo que dijo mi primo me hizo sonreír, ella era muy capaz.

En mi vida tenia la mujer más testaruda que había conocido nunca, una arpía castigadora de hombres, con una lengua tan rápida como flechas del arquero experto Hawk eyes , que se te clavaban en el corazón hasta dejarte sin aliento y suspirando por ella.

Una vez en la habitación decidí hablarle en vez de mirarla en silencio mientras sufría por no verla abrir los ojos.

-"La primera ve que te vi, arpía, fue cuando entré en esa habitación de hospital una muy similar a esta, nada más entrar una pelirroja con unos ojos verdes como una pradera de Escocia, me miró con desdén, mi primera reacción de macho herido, fue pensar que me gustaría tenerle en mi cama para hacerte cambiar a una expresión de pasión, para luego abandonarte, por prepotente. Pero cuando mi abuelo anunció que tenía que casarme con una de ustedes, aunque no quise darle importancia en mi primera reacción, hubiera matado a cualquiera de mis primos que te hubiera elegido. Para colmo te pusiste difícil, ninguna mujer me había rechazado nunca, devolvías todos mis regalos, hasta aguantaste la presión de Brenda Powell, pocos lo habían hecho, y finamente me mandaste un mensaje donde me llamaste gilipollas. Casi muero de rabia, no entendía porque una niña malcriada y mal educada con lengua de víbora me afectaba tanto.

Matrimonio Concertado con el CEO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora