Capitulo XI Cobrándose favores.

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Emy.

¿Se puede terminar odiando una fiesta? ¿A familiares que te dan buenos deseos, a tus amigas, que te envidian porque estás haciendo lo que ellas desearían hacer en ese
momento, a las felicitaciones de desconocidos y conocidos, a los regalos, pero, sobre todo, a un esposo que no tiene prisa por que acabe la noche, para estar a solas conmigo,
en la habitación de un hotel, con poca ropa y mucho sexo?.

Decidí que ya me había hartado. Así que con mis geniales amigas planee mi propia noche de bodas, para adelantarme a mi torturador esposo.

Miriam me habilitó el transporte con su guardaespalda, Elena ordenó al hotel que dejaran todo preparado en la suite nupcial, incluido el camisón "Te dejo muerto a mis pies" con mucha trasparencia y lazos y cintas en los lugares adecuados para que caiga lo más pronto posible, ante cualquier ataque de mi deseado esposo. Me lo reglaron las chicas, con el liguero a juego.

Arianna me ayudó a cambiarme y me proporcionó la cuartada para que pudiera salir de la fiesta sin ser detectada por nadie.

Dejé una nota a uno de los camareros, para que se la entregara a mi esposo a los diez minutos de haberme ido yo, esperando que la recibiera mientras yo me estaba en el hotel.

La nota ponía:

"Bueno señor Graham, veo que se adelanta mucho en cobrar las deudas, pero le cuesta devolver el favor ya cobrado, por ello he decidido, esperar a mi deudor, con poca ropa y muchas ganas, en la suite nupcial que habíamos reservado, y le doy cinco minutos para que se reúna conmigo, o el amiguito que me regaló Mirian con muchas pilas y vibratorio, empezara el trabajo por usted, sin más un saludo, su deseosa esposa, Emily
Graham"

Gracias a mis adoradas amigas pude ver la reacción que tuvo Jason cuando recibió el mensaje, ya que me enviaron el video, casi de manera inmediata. Sospechaba que
Elena estaba detrás de esa grabación, siempre fue la más previsora del grupo.

Pude observar cómo mientras Jason me buscaba entre los invitados, mostrándose educado y dando las gracias a quienes se le cercaban para felicitarlo, lo vi acercarse a su jefe, Keanu, que se río de él por perder a su esposa el primer día.

Le iba a contestar con alguno de sus efectivos comentarios cuando el camarero se le acercó y le entregó la nota. Vi como su cara se transformaba, un destello de deseo brilló en sus ojos y una sonrisa sensual y traviesa se instaló en su boca.

-" Lo siento jefe, pero tengo que pagar una deuda, y si no llegó pronto tendré que destrozar algunos instrumentos sustitutos. Búscate un ayudante que torturar estas dos semanas, nos vemos en tu fiesta de compromiso. Me voy a pasar una noche especial con la mujer que amo, y si no te gusta, despídeme"- y sin más salió corriendo, mientras los herederos Powell se reían y mis amigas suspiraban de envidia.

-" Disfruta suertuda"- me dijeron las tres, antes de cortar el video. No pude evitar reírme.

Mientras esperaba me preparé con una ducha, la lencería, la colonia, el maquillaje, el champan y los taconazos.

Me imaginé que ese sería el aspecto de las mujeres que desean tener una noche de bodas especial con sus hombres, aunque para ser sincera,
comenzaba a sentir un poco de miedo y nervosismo, ¿y si no estaba preparaba, y si cometía un error, y si no le gustaba sexualmente a un hombre tan experimentado como
era Jason? Había muchos "y si no", y mi valor comenzó a flaquear, aunque no me dio tiempo a retírame o huir, ya la puerta se abrió de golpe y un hombre sudoroso, atractivo, vestido de esmoquin entró en la habitación, que tras colocar el cartel de "No
molestar" en la puerta, la cerró con llave y me miró con deseo, sin perderse ni un solo detalle del atuendo que llevaba.

Matrimonio Concertado con el CEO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora