Aitor
Sé lo que ocultas muy dentro tuyo porque tú me lo dijiste y de otras cosas yo fui capaz de darme cuenta ¿recuerdas cuando nos conocimos? Eras pequeño aunque no tanto, tendrías unos ¿7 años? Yo estaba trabajando en un campamento católico tratando de solventar algunos de los gastos que ahora tenía, aún con 16 años, sabes que me marché de casa con esa edad, pagaban bien aunque nunca pude acoplarme a las enseñanzas de una religión que yo no profesaba y en algo en lo que no podía (ni podré) creer, aún así, el dinero no fue suficiente, tuve que arreglármelas de muchas maneras y aún así lo pasé mal, pero nunca he creído que la pasara peor que tú.
Lo notaba por la manera en la que te encogías cuando alguien cerca tuyo alzaba la mano, ella lo hacía ¿no es así? La primera vez que te acercaste a mi para platicar eras un niño muy animado, algo tímido, aún así pero tenías la energía de un pequeño. Seguí en ese lugar, incluso pude entablar una relación algo lejana con tu madre, debo admitir que en cierto punto llegué a admirar toda la fortaleza que tenía, siendo capaz de sacar un niño adelante ella sola.
Estuvimos en la iglesia juntos por 5 años, y en esos 5 años te vi transformarte en alguien increíble, pero había algo que te asustaba, que opacaba tu brillo y yo podía saber bien que era, cuando traté de hablar contigo acerca de eso, no una vez, sino muchas, siempre me decías que tu madre era buena, que nunca te haría daño a propósito y que podía hacerlo si era por tu bien. Ella te manipulaba y nunca te diste cuenta de ello, sé que sigue haciéndolo y tu aún no puedes verlo como ello, piensas que tu madre es perfecta, no lo es, Aitor, sé que sientes su presencia y su fantasma seguirte a todos lados, que cuando vas a verla crees que ella sabe lo que haces “a sus espaldas” ¿Qué pasaría si sabe lo de Lou? ¿Puedes decírmelo? No eres capaz de aceptar que lo que ustedes tienen es real y no tiene nada de malo, pero es ella quién sigue tan presente que bloquea tus propios deseos.
Recuerdo tus marcas, y tu miedo cuando te pregunté, estúpidamente, quién te lo había hecho y fue aún mas estúpido cuando traté de hablar con ella para preguntarle porque lo hacía, me gané una bofetada y palabras que tu odias, te disculpaste por ella. Me rompió el corazón verte llorar porque la manera en que me había llamado era horrible que “está bien si a mi me llama así pero tú no lo eres”.
Sé que tu padre los dejó solo un poco antes de que nos conociéramos, sé también que te culpas por ello pero no es tú culpa, un hijo... un niño no tiene la culpa de las acciones de sus padres y eso me costó trabajo entenderlo a mi también, nuestras circunstancias son distintas, pero puedo entenderte y tu a mí.
Cuando comenzaste a cuestionarme más cosas acerca de la manera en que ella actuaba y yo te dije lo que creía que pasaba, se lo dijiste ¿no es así? Tratando de que ella entendiera también, pero no lo hizo. Trató de alejarnos, recuerdo que estuvimos un tiempo sin vernos, yo ya estaba en la universidad, fui muchas veces a tu casa pero ella nunca me dejó pasar hasta un día que por fin después de casi 3 meses me permitió hacerlo, cuando me viste te levantaste de inmediato para abrazarme, estabas haciendo tu tarea, ella también entró. A veces me pregunto si te permitía abrazarla, creo que no era así, tal vez por eso ambos al estar juntos lo hacíamos constantemente.
Eras un buen niño y ahora te estás convirtiéndote en un buen hombre, ya lo eres y estoy orgullosa de ti. Quisiera que dejaras de temerle, que pudieras salir adelante sin su aprobación, que te des cuenta que no necesitas de ella, que aún si es tu madre, eso no te obliga a quererla ni a aceptarla en tu vida.
En mi tienes una hermana, una amiga... siempre voy a apoyarte, nunca estarás solo mientras yo siga aquí.
—Sivvy
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Meenwood: The Little Birds
Random-Abstract Ideas -My Original PJs -Escritos no secuenciales, algunos tienen mucho tiempo de haber sido escritos