La noche del 9 de Julio: Darcy.

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No lo pensé ni un segundo, en cuanto me pediste que fuera contigo, me preparé. Siento que te he dicho cosas que no he tenido el valor de decir a nadie mas, parece que quieres escucharme ¿por qué?, es como si vieras a través de mi ¿a caso lo haces, Cian? Me pone feliz verte, me hace feliz que confíes en mí.

Llamé al chófer y en menos de 20 minutos estaba tocando tu puerta, ¿cuando desapareció la incómoda sensación de no saber como saludarte? Cuando abriste te sonreí, di un ligero salto hacia ti para colgarme de tus hombros y besarte en los labios. Ni siquiera necesito nombrar esto, no necesito hacerlo y aunque a veces quisiera hacerlo, admito que me asusta la idea de que cuando lleve un nombre deje de significar algo.

Entré en tu departamento, muy tu estilo. Hablamos de lo que sea, siempre me haces olvidar cualquier cosa que quiera olvidar y sin esfuerzo, el mundo se resume a nosotros dos ¿Qué es esto?

Han dado las 12 y no quiero marcharme “Puedo quedarme”, ni siquiera te lo pensaste para responderme que sí, quiero amanecer entre tus brazos y sigue causándome miedo, pero no me detiene. Seguimos hablando aún en la cama, nada mas que eso y unos cuantos besos más, interminables y dulces besos. Casi tengo ganas de llorar. Hasta mañana, dulce Cian.

Meenwood: The Little BirdsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora