*2 AÑOS DESPUÉS*Paseo por los jardines que rodean la universidad mientras espero a que comience mi última clase del día. Hace bastante frío por lo que las personas normales, entre las que no me incluyo, se encuentran en la cafetería tomando algo para hacer entrar a su organismo en calor. Todavía hay rastro de las fuertes nevadas que han azotado al país en estas últimas semanas por lo que todos los bancos están cubiertos por una gran capa blanca que dificulta su utilización.
Mis manos comienzan a helarse y ya que no llevo guantes para esconderlas del frío decido que ya es hora de deshacer mi solitario recorrido por los pasillos de mi facultad. Sí, solitario ya que desde que me mudé a Gealach bán*, una pequeña ciudad al sur de Dublín, hace más de un año y medio no he socializado con nadie. Tampoco es que me importe tener amigos o no. Todo el tiempo libre que tengo lo dedico a otras cosas que agotan el cien por ciento de mi tiempo, así que no es algo que me quite el sueño.
Al llegar a mi aula, me siento al fondo del salón como todos los días. He llegado veinte minutos antes del comienzo de la clase, siempre es así. Me gusta mantener una rutina que no trastoque mis planes para el resto del día. Muchos de mis compañeros me llaman obsesiva e incluso recalcan que tengo algún problema porque me gusta tenerlo todo premeditado y buscar una posible solución a un problema que todavía no ha sucedido, tal vez por eso soy la mejor de mi clase. La mayoría de mis profesores me felicitan y me han dicho que nunca habían tenido una alumna tan brillante.
Y... Bueno, que se le va a hacer, me pasé toda mi infancia rodeada de los libros de derecho de papá, que casualmente también estudió en esta universidad. Esos libros eran mi salida cada vez que mamá tenía una recaída e intentaba herirnos a Zenda o a mí.
Zenda... No pasa ni un solo día en el que no le eche de menos. Mi pequeña Zens. La talentosa de la familia, la que aspiraba a convertirse en una de las mejores artistas de Francia. La risueña y carismática Zenda. La que siempre veía los aspectos positivos de la vida aunque esta fuese la que más palos y malos ratos le hiciese pasar.
Ella y papá fueron lo más valioso que jamás tuve y me fueron arrebatados de una manera tan cruel y despiadada que cada vez que los recuerdo, siendo carbonizados por las llamas, me dan ganas de hacerles cosas mucho peores a sus asesinos.
Mamá... Bueno, con Sigrid es algo completamente distinto. La echo de menos, claro que sí, pero el sentimiento de apego no es, y nunca fue como el que tuve con ellos. Mamá nunca estuvo realmente "operativa", como solía categorizarla papá cuando éramos pequeñas e incapaces de comprender qué le pasaba. Sigrid estaba presente de cuerpo pero su mente y su alma se encontraban en algún lugar recóndito que ni ella misma era capaz de alcanzar. Sentía mucha lástima por ella y muchas veces me sentía impotente por no poder hacer nada para que mejorase o nos sonriera como veía que hacían otras madres con sus bebés.
Simplemente fuimos nosotros tres. Siempre. Juntos hasta el final de sus días. Y joder, como dolía no tenerlos conmigo.
Me encuentro tan distraída, sumida en mis pensamientos que ni siquiera me he dado cuenta cuando ha dado comienzo la clase. El señor Murphy lanza una pregunta a la clase pero nadie es capaz de responderla o no quieren.
—Vamos chicos, esto lo vimos al principio del semestre. No es tan difícil —levanto mi mano para responder, como siempre, llevándome algunas miradas reprobatorias de mis compañeros—.No, señorita, D'aramitz —pronuncia realmente mal mi apellido debido a su acento tan marcado de Edimburgo.
Ruedo los ojos por la pérdida de tiempo que nos está pasando factura debido a la falta de respuestas y me recuesto contra mi pupitre. Al menos me echaré una siesta antes de que decidan que ya ha pasado el suficiente tiempo como para acabar con esta estupidez de la ley de hielo que le han declarado a Murphy.
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Las respuestas de la Luna
Mystery / Thriller¿Qué pasaría si de la noche a la mañana lo perdieras todo? Tal vez debamos preguntarle a Deva. Dev pensaba que lo tenía todo,que podría ser feliz, sin embargo todo lo que había logrado se vio destruido en tan solo una noche. Aquella fatídica noche...