IV

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Capítulo dedicado a hadesb05

Érebo's POV

La veo ahí entre la multitud, despampanante como siempre. Su cabello rubio brillando bajo las tenues luces del jardín. Se encuentra hablando con Suria y la verdad es que me molesta mucho la familiaridad con la que se tratan, aunque ella parece incómoda ante el acercamiento del pelirrojo.

Me termino de un solo trago la cerveza que ya comenzaba a calentarse en mis manos. Las ganas que tengo de bajar y rodearla con mis brazos me nubla los pensamientos por unos instantes y hace que quiera cometer un acto del que me arrepentiría al segundo de estar frente a su angelical rostro. Cierro las manos en puños, clavándome las uñas en el proceso para contener el impulso que me hace querer bajar.

Deva parece notar que alguien la observa fijamente desde algún lado y se gira en mi dirección. Apenas me da tiempo a cubrirme tras las cortinas de la habitación en la que me encuentro, afortunadamente no me ha visto.

Dudo mucho que aunque me viese pudiera reconocerme; ella no es la única que ha cambiado con el paso de los años. A eso debemos sumarle las incontables quemaduras y cicatrices que decoran mi cara desde la última vez que la ví.

Mientras que yo luzco como una bestia que acaba de ser liberada tras años de torturas y abandono, ella sigue luciendo como un ser divino, tan irreal como peligroso. Lo puedo ver en su mirada, en su pose y en cómo se encuentra atenta a cada movimiento de su alrededor, siempre alerta.

Intenta alejarse pero entre Suria y el mayor de los Dunne, el cual ha debido aparecer cuando la cortina me cubría al completo, la retienen sujetándola por las muñecas. Una mueca de fastidio se apodera de sus facciones y tras un ágil y experto movimiento consigue liberarse de ellos en menos de un segundo, dejándolos pasmados. Ni siquiera ha tenido que esforzarse para hacerlo.

Deva D'aramitz se ha convertido en una persona muy peligrosa, aunque muestre lo contrario con su físico.

Maliciosa, rencorosa, letal.

Son palabras que la definen a la perfección y que gracias a ello, conseguirá ponernos las cosas difíciles por lo que, si no se une a nosotros, tendrá que desaparecer.

Esta vez sin fallos.

Yo no soy ellos. Soy mucho peor y la compasión por una huérfana no me va a detener para conseguir lo que quiero.

Ella se mueve por la venganza, no obstante a mí me controla la ambición, el poder, el control sobre todo lo que conocemos como dañino.

Por ello me llaman Érebo. Nadie me ha visto realmente pero todos me temen, todos huyen de las sombras pero estas siempre están al acecho, nunca desaparecen del todo. De día te persiguen y de noche te cazan hasta engullirte. Soy oscuridad y a su vez también soy la luz de los desesperados, los que ya no temen caer en las garras de la mismísima nada, los que buscan zambullirse en el abismo sin saber que no podrán escapar.

Lo soy todo y soy nada.

Deva D'aramitz no sabe a lo que está jugando, ni siquiera sabe dónde se ha metido ni con quién. Ellos no perdonan la intromisión y menos que una niña indague en sus asuntos. Pronto será demasiado tarde para huir, y tras verle la cara a la muerte solo tienes dos opciones: o mueres clamando piedad o eres arrastrado a la más retorcida de las oscuridades. Ella ya tiene un pie en las sombras, ¿cuál será su decisión?

Intentará llegar hasta el final de todo este entramado de secretos y manipulaciones, sin importar cuán alto sea el precio que deba pagar. Es ambiciosa y demasiado cabezota como para dejar que algo se le escurra entre los dedos, así que sólo puedo decirte una cosa, D'aramitz:

Las respuestas de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora