PRIMERAS VECES

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HACE 13 AÑOS

Ay-dije en cuanto el canario me tiró de la trenza-eres idiota-grité.

Crucé medio parque corriendo mientras que él no paraba de reírse. Tan solo teníamos cinco años en ese momento. Odiábamos estar juntos, pero no nos quedaba otro remedio ya que nuestros padres eran grandes amigos.

-Maddie-gritó desde la distancia.

Yo que ya le había sacado bastante ventaja me coloqué entre mi madre y la suya y me crucé de brazos.

-Pedro me ha estirado de la trenza-dije haciendo pucheros y chivándome.

Mi madre siempre me decía que no tenía que chivarme, pero descubrí que haciéndolo siempre me salía con la mía.

Rosy, la madre de Pedri le regañó y le obligó a pedirme perdón, en ese momento sonreí victoriosa.

HACE 10 AÑOS

-Mira, tú te quedas aquí y yo voy a ver que pasa-dijo el canario y yo me negué.

-Y una mierda-grité-yo no me quedo aquí sola.

Me crucé de brazos y eché a andar detrás de él. Con el paso del tiempo Pedri y yo nos fuimos haciendo íntimos, tanto que siempre estábamos juntos. Nos llamaban de todo, que si Romeo y Julieta, que si el Conde y la Marquesa y el que más me gustaba, Aladdin y Jasmine. Un año en carnaval, él se disfrazo de Aladdin y yo de Jasmine. Fui muy feliz ese día.

-Estate quieta que nos van a pillar-dijo Pedri y yo negué.

Estábamos intentando entrar en mi casa, nuestros padres estaban viendo una película y a nosotros nos dejaron fuera jugando. Su hermano Fernando se entretenía con Álvaro, mi hermano mayor y a Pedri y a mi no nos quedaba más remedio que estar juntos.

Entramos en mi casa y nos sentamos debajo de una mesa a observar como nuestros padres veían aquella película. Una película de esas romanticonas que según ellos los niños no debían ver.

-¿Qué están haciendo en la película?-dijo el canario y yo me reí.

-Se están dando un beso-dije y puse cara de interesante.

Mi amigo me miro extrañado y poniendo cara de asco.

-Y si nos damos un beso tú y yo-le propuse.

-¿Para qué?-preguntó él.

-Para probar-dije muy segura-¿nunca te ha entrado curiosidad?

Pedri se encogió de hombros sin dejar de mirarme.

-Los mayores siempre lo hacen-me quejé.

Mi amigo asintió y poco a poco fuimos juntando nuestras cabezas hasta que nuestros labios se juntaron. Como es obvio fue el beso más torpe del mundo, pero lo recuerdo maravilloso. Con tan solo ocho años no pedíamos mucho más.

Nos separamos un poco ruborizados, ni siquiera sabíamos que era lo que estábamos haciendo.

Como la película nos aburría, salimos corriendo de nuevo al jardín. Nuestros hermanos seguían jugando y nosotros nos metimos en la colchoneta.

-Quiero darte otro beso-dije y mi amigo sonrió.

Nuestros labios se volvieron a tocar. No era consciente de lo que estaba haciendo y mucho menos de los que eso conllevaría.

HACE TRES AÑOS

-Vamos Pedri, no es tan difícil-dije quejándome.

-No quiero estudiar-dijo él tirando el boli de mala gana.

Me crucé de brazos. Al canario no le gustaba estudiar y siempre era yo la que le hacía los deberes.

-Venga que si haces las ecuaciones bien me quito una prenda de ropa-dije intentado animarle.

Mi amigo me miró sorprendido, no se esperaba para nada mi propuesta y sonrío tímidamente. Pedri siempre fue un chico muy reservado y muy tímido. Yo siempre fui más alocada.

-Y, ¿qué ganas tú con esto?-preguntó él.

Me encogí de hombros, sinceramente no buscaba nada, solo quería que mi amigo aprobara el examen de mates.

-Nada no gano nada-dije y le tendí el folio-. Aunque podemos hacer una cosa-mi amigo levantó la vista para mirarme-si las haces mal, el que se quita una prenda eres tú-propuse.

Pedri asintió y se puso a hacer la primera ecuación. Yo me limitaba a observarle. Me encantaba pasar tiempo con él. Con el tiempo se convirtió en mi mejor amigo y en algo más. Nunca nos dijimos nada, pero nos gustábamos. En clase siempre nos sentábamos juntos y de vez en cuando nos dábamos algún que otro beso.

-Ya está-me tendió el folio y yo se lo quité de las manos.

Le dediqué más tiempo que de normal a corregirle la ecuación, el cabrón la clavó y a mi no me quedó más remedio que quitarme la camiseta. En aquella época mi ropa interior era demasiado básica y me ruboricé al ver que mi sujetador era simplemente negro. La segunda ecuación también la clavó. Me deshice de la falda. En ese momento me pregunté si realmente mi amigo sabía hacer las ecuaciones o simplemente quería verme ligera de ropa. La tercera ecuación la falló y él se tuvo que quitar la camiseta.

Teníamos la plantilla del examen y tan solo eran seis ejercicios, habíamos llegado al ecuador y estaba demasiado nerviosa. Aquel dia estaba descalza y sin calcetines. Tan solo me quedaban las dos prendas que cubrían mis zonas íntimas. La cuarta tambien la hizo mal y el se quitó los calcetines. Fue demasiado hábil, pero al fallar la quinta tuvo que quitarse los pantalones. Tan solo quedaba una ecuación y nos la estábamos jugando a todo o nada. Uno de los dos sí o sí le tendría que mostrar al otro una parte íntima de su cuerpo. El corazón me iba a mil y a él le temblaba el pulso.

-La última-dijo el canario y yo le arrebaté el folio de las manos.

-Tú ganas-dije derrotaba al ver que la había hecho bien.

Me desabroché el sujetador y lo dejé caer al suelo. Pedri ni siquiera me miró el pecho, sus ojos no se apartaban de los míos. Hacía muchísimo tiempo que nuestros labios no se sentían. Decidí acortar la poca distancia que nos separaba y me senté encima de él. No dejamos de mirarnos a los ojos en ningún momento. Y fue en ese momento cuando yo rompí la distancia y junté mis labios con los suyos. Esa tarde todo se nos fue de madre y acabamos tirados en la cama haciendo el amor.

(...)

Me llamo Priscila aunque por alguna extraña razón todo el mundo me llama Maddie desde pequeñita. Pedri fue el protagonista de todas mis primeras veces. Él se encargó de ser el primero en todo. Con el tiempo esa idílica relación se vio torcida por diversos acontecimientos. Nuestros padres dejaron de llevarse, hubo varios problemas y su amistad se rompió. Aun así no dejábamos de vernos. Nos queríamos y estábamos juntos. Fueron nuestros sueños lo que hicieron que todo lo que habíamos construido se derrumbara en pedazos. Su pasión era y es el fútbol. Consiguió fichar por la Unión Deportiva Las Palmas y el mío era estudiar en Estados Unidos. Siempre fui de sacar buenas notas y no me costó conseguir una beca. Me fui a EEUU a estudiar el bachillerato allí y fue entonces cuando le perdí la pista al canario. Perdimos el contacto y lo perdimos todo. Pasamos de todo a nada. Pasamos de ser amigos con derecho a simples desconocidos. Prácticamente nos fuimos olvidando de la existencia del otro.

Esta es la historia entre dos personas con un pasado en común que no tardarán en reencontrarse y poner de nuevo su mundo patas arriba.

[...]

**Queda prohibida la copia / inspiración entera o parcial de esta obra, así como la utilización de los personajes, frases, escenas, etc. En el hipotético caso de que se pretenda utilizar algún extracto/personaje de esta historia ruego que se consulte conmigo primero, ya sea por mensaje privado en Wattpad o por mis otras redes sociales. En el caso de que esto no sea así me veré en la obligación de tomar medidas. Gracias. **

Cuando el tiempo se acabe ▪︎ PEDRI GONZÁLEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora