LA BELLEZA ES SUBJETIVA

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1 de diciembre del 2020

-Como tardan tu hermano y Laura-me quejo.

-A saber que están haciendo-comenta Pedri mirando al suelo-. ¿A ti te gustaría venir a los partidos?

Me mira esperanzado y le acaricio la cara. Como le explico yo a este niño que no me gusta el fútbol, mi hermano es portero y nunca he ido a verle jugar. Soy una mala hermana, pero es que lo paso fatal. Es sufrir tontamente.

-Si es por ti haré el esfuerzo-comento sonriendo.

Pedri alza la mirada y sonríe.

-Pensaba que te gustaba el fútbol-dice mientras saca el móvil.

-No me gusta el fútbol, me gustan los futbolistas que es bien distinto.

Pedri alza la ceja y me mira con cara de seductor mientras llama a su hermano por teléfono. Fer le informa que estan bajando y Pedri guarda el móvil.

-Asi que los futbolistas-dice el canario retomando la conversación.

-Si, bueno uno más que los otros-me muerdo el labio inferior.

-Pues que privilegiado ese futbolista-se acerca mucho a mí, hasta que nuestras narices se tocan-que suerte tiene.

Estamos a punto de besarnos, pero nos separamos al escuchar la puerta. Fer y Laura aparecen y miro a mi amiga para intentar descubrir que es lo que pasa entre ellos. Laura evita mi mirada y yo sonrío. Fer y Laura se han comido toda la boca, no es que sea adivina es que mi amiga tiene todo el pintalabios corrido y la boca de Fer lo dice a gritos.

Nos montamos en el coche y vamos directos al restaurante italiano. Durante todo el trayecto no dejo de mirar a Laura, esta al final acaba confesando y Fernando lo confirma.

-Me sabe mal por Olga-susurra Laura y yo cambio de expresión.

-Olvídate de ella ahora-le doy la mano a mi amiga y dejo que se desahogue.

Laura comienza un drama que no acaba nunca y me alegra saber que acabamos de llegar al restaurante. Nos bajamos de coche y vamos directos a la mesa. Cenamos los cuatro en un ambiente muy agradable y al llegar de nuevo al balneario cada uno se va a su habitación. Mientras Pedri habla con sus padres yo me pongo el bikini y me meto en el jacuzzi, mi niño no me hace caso así que me pongo ha grabar vídeos bailando. Como me veo guapa subo uno al feed de Instagram y llamo a Pedri, pero este vuelve a pasar de mí.

-Dos segundos-grita Pedri desde algún lado de la habitación.

Dos segundos dice, abro una botella de vino blanco y me bebo un poco. Lo que le gusta a este niño hacerse de rogar. A los minutos aparece con el bañador puesto y sonriendo.

-Y, ¿esto?-me enseña el video-. Te acabas de marcar un Ester Expósito. Lee los comentarios, mira hay algunos que son joyitas-dice rodando los ojos.

Me da su móvil y procede a leer. Me hace gracia las caras que pone al leerlos. Está celoso.

-Chavales jugamos en otra liga-leo-. Admitidlo no os la vais a comer-Pedri se tensa-. Ella es la Champions y nosotros somos el PSG-me hace gracia las caras de Pedri-. Mira este-digo flipando-. Lo que se come Pedri todos los días.

Podría seguir leyendo, pero paso. Le devuelvo el móvil a Pedri y rodeo su cuello con mis brazos.

-Mi amor, tranquilo-le doy un beso en los labios.

Tiro de él hasta que lo meto en el jacuzzi. Me siento encima y lo beso, tengo que aprovechar ahora que estamos solos.

-¿Conoces a algún futbolista?-me pregunta mientras se chupa los labios.

Cuando el tiempo se acabe ▪︎ PEDRI GONZÁLEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora