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Marbella. Si le preguntaran a Allegra qué sabía de la ciudad antes de llegar a ella, respondería que la conocía principalmente por sus playas y puertos, pero en realidad la distinguía más por ser el lugar sobre el cual le había hablado su familia. En otra época, fue una sede para los negocios de su padre y el jefe de este, es decir, el padre de los hermanos Gambino. La relación profesional y la amistad entre las dos familias se remontaban a algunas décadas y ahora era el momento en el que ella asumiría su lugar y acompañaría a Toni y Carlo Gambino en su nuevo negocio.

Aunque contaban con más de lo que muchos tenían al llegar a la ciudad, aún parecía que había mil cosas por hacer. Después de todo, entre tres individuos tenían que descubrir cómo convertirían algunas unidades que tenían de un producto maravilloso en un imperio que dejara en alto el nombre de sus familias.

Pensar en aquello era algo abrumador, así que por el momento Allegra se concentró en tener listas las copias de las llaves de la casa donde vivirían los tres. Este era el día en el que llegaría Carlo a la ciudad y finalmente iniciaría su operativo. Allegra no estaba segura de dónde se encontraba Toni ni a qué hora llegaría su hermano, pero el sonido de la bocina de un auto se lo hizo saber muy pronto.

- ¡Carlo! - pronto escuchó exclamar al hermano mayor.

- ¿Qué pasa Toni? Un abrazo - le respondió este.

Justo cuando los dos estaban a punto de abrazarse y Allegra iba a aproximarse, un sujeto sacó su cámara y la levantó en su dirección.

- Ha sacado la cámara para hacerme una foto. Payaso – le reclamó Carlo.

- Toni, chi è quest'uomo?* - le preguntó ella con desconfianza, haciendo notar su presencia.

- Soy periodista - dijo aquél hombre contestando a su pregunta y añadiendo algo de que quería tomar una foto. Allegra no le prestó mucha atención porque finalmente se reencontraban los tres. Toni volvió a saludar con afección a su hermano y estos se abrazaron. Seguidamente, Carlo se giró y la vio.

Allegra no estaba muy segura de cómo debería ser su reencuentro. Hace tiempo conocía a los Gambino, de hecho, desde que eran niños pequeños, pero no solían interactuar con frecuencia. Únicamente se veían en fechas especiales y ocasionalmente jugaban si llegaban a coincidir. Solo desde hace algunos meses sus interacciones se habían hecho más frecuentes, desde que estos se plantearon llevar el negocio a España. Antes de que pudiera continuar pensando en ello, el hermano menor de los Gambino se le acercó y le dio un suave abrazo.

- Come stai, ragazza?* – le preguntó mientras se iba alejando.

- Bene, bene – respondió ella.

Allegra no tuvo tiempo de decirle nada más, ya que Carlo vio que el fotógrafo estaba observando una foto que había tomado y empezó a gritarle.

- Me ha parecido bonito. Dos amigos que se reencuentran en Marbella y he pensado que les hago una fotico - se defendió el hombre.

- Escúchame, amigos no - le respondió Carlo.

- Yo me llamo Toni Gambino, y aquí mi hermano Carlo Gambino - intervino Toni.

- Ah que bonito, pues un reencuentro de hermanos. Yo os mando una copia de las fotos. Pero, ¿y ella quién es? - preguntó el fotógrafo mirándola.

- Io sono* Allegra Castellano - respondió ella.

- ¿También eres parte de la familia?

- Técnicamente no, pero... sí - le contó Toni.

El hombre no pudo seguir preguntándoles más cosas porque Carlo continuó amenazándole mientras él se explicaba. Aparentemente su nombre era Joe. ¿Acaso escuchó que era periodista? Que alguien así supiera sobre ellos no les convendría demasiado. Ya había escuchado a su padre advertirle muchas veces sobre la necesidad de cuidar a la familia de cualquiera que pudiera ponerla en peligro. Aunque ella hasta ahora estaba adentrándose en estos asuntos, se repitió que tenía que proteger a la familia y al negocio. No obstante, su preocupación se redujo notablemente al escuchar al periodista intentando hacer un chiste y utilizar el humor italiano.

Al parecer Joe era inofensivo o al menos lo era por el momento. Allegra le pidió su número de teléfono en caso de que lo llegara a necesitar.

- Mira a ver si tengo algo en la mochila – se dirigió Carlo a Toni con la intención de aligerar el ambiente.

- Pero aquí huele raro. ¿Qué tienes aquí? - exclamó Toni.

- ¿Les doy esto? - preguntó Carlo a los dos italianos.

Toni miró en el interior de la mochila y su expresión rápidamente reflejó sorpresa. Ante esto, Allegra se acercó y se dio cuenta de que allí había un cogollo de marihuana. Toni lo sostuvo en sus manos mientras le preguntaba a Carlo por este y Joe empezó a protestar. Allegra no pudo evitar reírse, ya que solo Carlo llevaría eso a pesar de que hace poco había pasado por la seguridad de un aeropuerto.

Cuando finalmente Joe se fue, los tres decidieron que darían una vuelta en el BMW por la ciudad que querían hacer suya.


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* Chi è quest'uomo?: ¿Quién es este hombre?

* Come stai, ragazza?: ¿Cómo estás, chica?

* Io sono: Yo soy

Sotto il sole di Marbella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora