4 ¿Hufflepuff?

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-Aparta de mí, sangre sucia.

-Tú eres la que no deja de acercarse como si buscaras cariño, Granger.

Hermione clava sus ojos con odio y se resigna a mirar al suelo mientras está literalmente pegada a Draco.

Tienen que esperar a que los dos profesores tomen una decisión sobre cuál será su destino ahora.

-Es por el laccio. No podremos liberarnos.

Está realmente fastidiada y Draco no se queda atrás.

-¿Y qué es lo que podemos hacer?

-Nada. Simplemente nada.

Draco, desanimado, vuelve a soltar una maldición entre dientes. La culpa era suya por haber respondido a Granger en sus provocaciones. ¿Por qué lo hizo?

-¿Y cómo se supone que vamos a dormir?

-No lo sé, Malfoy.

Draco ahoga una risita.

-Qué novedad. Hermione Granger no sabe algo. Debes de sentirte particularmente ignorante hoy.

-Pues no. La verdad, me consuela saber que conozco varios millones más de cosas que tú, por lo que nunca me siento ignorante.

-Hermione Granger y su modestia. –Mumura Malfoy mirando al suelo.

Para su sorpresa, Hermione se ríe y su risa no suena falsa ni forzada. Draco se descubre intentando entablar un contacto visual y Hermione se sorprende al darse cuenta de que los ojos de él son del color exacto de la plata líquida.

Un pinchazo de envidia la recorre porque a pesar de que sus padres son rubios y de ojos claros, ella tiene el cabello y los ojos castaños.
Ella parecería una Granger si tuviera los ojos de Draco.

Molesta, gira la cabeza.

¿Para qué quiere ella tener los ojos de un sangre sucia?

La puerta de la sala se abre y de ella salen McGonagall y Snape, que al parecer ya han tomado la decisión y les miran extrañados de que en ese momento no están discutiendo.

Neville Longbotton camina decididamente por los pasillos que llevan hasta su sala común.

Una vez dentro, observa como la tranquilidad tan potente y tan constante en esa sala está alterada. Falta algo.

-Chicos, escuchadme. –Intenta hacer que le escuchen, pero todos en esa sala está pensando en otras cosas.

Con una mueca de disgusto, Neville agarra un candelabro que alumbra la sala común y apagando las velas, lo estampa contra la pared.

El estruendo es tal que toda la casa de Slytherin lo mira, estupefacta.

-Bien. –Hace una pequeña pausa. –Como vosotros ya sabéis, Hermione Granger ha sido castigada severamente y… es probable que no volvamos a verla por aquí en bastante tiempo…

Slytherin comienza a murmurar hasta que el carraspeo de Neville los silencia de nuevo.

-Eso quiere decir que… a partir de ahora, todas las cuentas se me rinden a mí, Neville Longbotton. ¿Estáis de acuerdo?

Todos murmuran de nuevo, pero nadie se atreve a discutir y mucho menos a mostrar desacuerdo. Todos saben que Neville Longbotton es uno de los magos más poderosos y sobretodo más crueles de Hogwarts.

-¿Y quién te ha dado ese derecho, Longbotton?

Una voz entre las sombras retumba en la sala común y al instante, Blaise Zabini y Pansy Parkinson aparecen en el claro iluminado de la sala común de Slytherin.

Cambiando Los Papeles [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora