10 ¿Y si el tiempo...?

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Unos pasos resuenan en la vacía sala común de la casa de las Serpientes. Cho camina lentamente junto a Blaise Zabinni, hijo de uno de los magos más célebres en el mundo mágico.
El fuego crepita en la chimenea y ellos dos se sientan enfrente.

-A ver. Vamos a volver a repasarlo todo porque no lo entiendo. ¿Te gusta un sangre sucia?

-No me gusta Blaise… simplemente me inspira curiosidad.

-Pero te lo quieres tirar.

Cho chasquea la lengua, censurándolo.

-No deberías usar palabras tan vulgares.

-Si designo un acto vulgar con una persona vulgar, puedo decir todas las cosas vulgares que quiera.

La chica lo mira con suspicacia y deja pasar un denso silencio durante unos segundos.

-Bueno. ¿Vas a ayudarme o no?

-¿Y qué se supone que quieres que haga? –Blaise se recuesta en el sillón y estira los pies hacia el fuego mientras bosteza. Está cansado de que todo sea realmente estúpido y absurdo desde que Hermione se ha ido.

-Ya sabes… información, búsqueda… nada serio.

Zabinni suelta una carcajada cruel.

-¿Y qué me vas a dar a cambio de que te consiga al Gryffindor? ¿A ti misma? Gracias pero no…

Chang, ofendida en su ego más interno, tuerce la boca. No necesita rogarle a nadie para conseguir nada. Hay millones de personas que pueden ayudarla mucho mejor que él.

-Sabes Blaise… Sabía que no ibas a querer salir de tu estúpida ensoñación de que Hermione algún día reparará en tu presencia y dejará de tratarte como un esbirro para convertir en su mago ideal.

Inconscientemente el chico aprieta los dientes. Ciertamente, él no espera nada de Granger y le da completamente lo mismo cómo letrate.

-Si estás insinuando que estoy enamorado de Granger, déjame decirte que te equivocas.

-¿Seguro?

La pregunta queda en el aire y poco a poco se va inmiscuyendo en la cabeza de Zabinni, sembrando una posible pero invisible duda.

Chang se levanta de la silla y camina hasta su habitación, pero antes de abandonar completamente la sala, vuelve a dirigirse a él:

-Sólo te digo que desde que Granger está con Malfoy, él ya no es el mismo. Lo ha convertido en una especie de sombra del verdadero carácter áspero y brusco de lo que era antes. Y no te diré que eso no me conviene. Pero además sé de muy buena mano que también ella ha cambiado, y no precisamente para mal.

Con otro suave taconeo, abandona la sala, dejando a Zabinni confuso. Muy confuso.

El director es un mago alto y transmite confianza. Pero Draco y Hermione no están precisamente confiados en ese momento.

Ambos se han sentado y casi están rezando porque el viejo Albus los deje irse de una vez y olvidar el momento que ha precedido a su llegada. Pero como ambos saben, lo hecho está hecho y no es fácil olvidar algo de esa magnitud. Es más, es probable que se pasen el resto de la semana sin poder pensar en nada que no sea…

El beso…

Dumbledore se sienta. No parece que haya visto nada, pero tal vez ese brillo en su mirada quiera decir algo más…

-Siento el retraso… Espero que no os hayáis aburrido mientras llegaba.

Hermione siente ganas de suicidarse al escuchar esas palabras. Lo ha visto.

Cambiando Los Papeles [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora