14 ¿Qué siento?

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Sólo ha pasado una noche en Gryffindor, pero Draco tiene que reconocer que ha sido la noche más larga de su vida.
Ya se había acostumbrado a conciliar el sueño con el único sonido de la suave respiración de Granger.
Ya se había acostumbrado a las noches en vela que sabía que compartían aunque no hablaran…

La verdad es que se había acostumbrado a ella y su repentino desaire lo ha desanimado más de lo que estaba dispuesto a admitir.

-¡Eh, Malfoy! –Uno de los alumnos de sexto, Tommy Beatle, se acerca a Draco en el comedor y se sienta en un momento junto a él. –Ahora que has vuelto, nos contarás qué se siente al dormir con Granger ¿no?

El rubio mira al otro con frialdad, advirtiéndole que no siga por ese camino, pero el aludido ni siquiera se percata y procede a llamar a los otros para comenzar la ronda de cuestiones embarazosas. Draco los contempla a todos como si fueran un grupo de hienas hambrientas y malolientes.

-¿Es verdad que se pasea desnuda por la habitación? –Pregunta uno de los alumnos que acaban de acoplarse al corrillo por detrás.

Un montón de risas masculinas lo secundan mientras algunos hacen comentarios obscenos sobre la imagen.

-Sí, sí. ¿Y que no consigue dormir si no tiene a un chico al lado?

-¿Y que sus tet…? –La pregunta queda suspendida en la boca de Beatle, puesto que un puño impacta de pronto en su mandíbula con mucha fuerza. Tal vez demasiada.

El chico cae hacia atrás y es sujetado por unos cuantos Gryffindors que observan a Draco con la boca abierta. Mantiene el rostro confuso. ¿Qué acaba de hacer y… por qué?
Busca la respuesta y su mente simplemente le dice que no está bien que hablen así de una chica que no está presente en ese momento… Pero no solamente ha pensado que era indebido, sino que al comenzar la conversación, simplemente el imaginarse cómo esos chicos pensaban en ella… Lo han vuelto loco…

-Oye, ¿pero a ti qué te pasa?

Sí, está celoso. ¿Y qué?

Malfoy hace oídos sordos a Seamus Finnigan y tras observar la escena unos segundos más, se aleja del comedor, pero no sin antes girar la vista hacia Slytherin sin encontrarla ahí.

-¡Harry! ¡Al fin te encuentro! Me han dicho que Draco ha podido dormir esta noche ya en Gryffindor y que ayer fue su último día como Hufflepuff.

Potter mira a su amiga con una sonrisa en el rostro. Está muy contento por tenerle de nuevo con él. Echaba de menos hablar con alguien con la misma confianza que alberga en su amigo.

-Sí, es genial. Por cierto ¿Le has visto hoy? Hace un rato que ando buscándole…

Al final del pasillo, Anna se acerca corriendo y parece nerviosa. Los chicos intuyen que tiene una noticia que contarles y que lleva toda la mañana diciéndoselo a todo el mundo.

La chica aligera el paso al llegar hasta ellos y sacude su melena rubia.

-Andaba buscándoos por todas partes. ¿Sabéis lo que acaba de ocurrir en Gryffindor?

Los dos niegan con la cabeza y miran a la muchacha nerviosos. Están seguros de que tiene algo que ver con Draco y también están seguros de que no es nada bueno.

-Me han dicho que ha pegado a Beatle antes incluso de desayunar.

-¿What? ¡¿Por qué? –Luna se pone nerviosa enseguida, como siempre, y Harry pone sus manos sobre sus hombros para tranquilizarla. –¡Nuckles marinos! ¿No puede estar dos minutos sin nosotros?

-Por lo que yo sé… Tommy hizo algo sobre Granger y eso enfurecer a Draco.

El rostro de Harry es épico: Una mezcla de nerviosismo, con preocupación y… ¿Orgullo?

Hace unos minutos que ha recibido la noticia.
Una joven Gryffindor se dirige rápidamente al baño de chicas que se encuentra en la tercera planta. Allí, Cho Chang ya la está esperando.

-¿Qué ha pasado? ¿Por qué todos están tan alterados?

La chica rubia procede a contarle lo que sabe, añadiendo la observación de que Hermione y Granger tal vez tuvieron más que palabras para librarse del hechizo al que ambos estaban sometidos.
Cho se retrae involuntariamente. No creía que esas insinuaciones fueron ciertas, pero tras escuchar a la chica ya no hay duda. Con una sonrisa de satisfacción recuerda lo fácil que fue besar a Draco. Sí fácil y agradable. Podría repetirse en cualquier momento.

-Pero desde que se separaron nadie les ha visto a hablar… Tal vez estén volver peleados.

-¿Podrías preguntárselo a Draco? –Cho cruza los brazos pensativamente. Le dirige una mirada a la chica repentinamente suspicaz. –O espera, prefiero preguntárselo yo…

Hermione se dispone a lavarse las manos después de por fin haber terminado de ordenar su armario, pero al escuchar el nombre de él, se queda un par de segundos más de lo que sería correcto. Antes de percatarse de lo que hace, Hermione está escuchando la conversación entre Cho Chang y otra chica que a Hermione le resulta familiar pero a la que no llega a ver completamente.

-¿Vas a ir tú misma?

-Sí, ¿por qué no? Ha llegado el momento de acercarme un poco a Malfoy… o mucho. ¿Quién sabe? El encaprichamiento no va a durarme eternamente y no me gustaría haberme quedado sin… catarlo…

Hermione ahoga una especie de nausea y se siente repentinamente furiosa. ¿Con qué Cho va detrás de Draco? Pues ni loca va a dejar que se acerque a él en la vida. El rubio está marcado cómo de SU propiedad y no se va a enredar con la primera chica de cascos ligeros que encuentre.

La Slytherin se sorprende a sí misma con la determinación con la que su mente ha manejado la idea de que esa chica podría llegar a tener algo con Draco, pero la verdad es que le da lo mismo lo que su mente haga o deje de pensar, porque en ese momento la rabia está en cada poro de su piel. Cho no conseguirá arrebatárselo, por supuesto que no. Además, considerando que Hermione es más bella, rica, inteligente… etc… ¿Por qué iba a preferir a Chang? Una voz en la cabeza de Hermione vuelve a repetir todas sus cualidades, pero aun así, una especie de temor a perderle se asienta en su estómago.

¿Significa eso que admite quererle?
-Bueno, no tan rápido. –Se dice ella misma.

Finalmente, la joven castaña baja las escaleras intentando controlar su creciente ira y dispuesta a vigilar muy de cerca a Cho a partir de entonces. Tras unos minutos, también Luna Lovegood camina por esos pasillos.

Zabinni no cesa de dar vueltas por su habitación. No sabe exactamente el por qué, pero desde que habló con Cho sobre lo que él mismo sintió por Hermione… Algo no deja de rondarle permanentemente la cabeza, y Blaise se teme que no quiera desaparecer.
Tras varios minutos más de reflexión y conversaciones con él mismo, el moreno se decide a hablar con ella. ¿Qué puede perder?

En ese preciso instante, aparece Granger. Cruza la habitación cómo una exalación, ignorándole olímpicamente.

Blaise se muerde los labios nerviosamente antes de girarse hacia ella, que está casi en la puerta del otro pasillo.

-Hermione.

-Ahora no, Zabinni. –Ella ni siquiera se molesta en mirarle.

-Tengo que hablar contigo, es impor…

El portazo lo deja traspuesto e impotente. El caso es que se da cuenta de que no siente nada por ella, al menos nada que pueda derivar en romanticismo o entrega, pero aun así ha sentido algo cuando ha aparecido. A lo mejor simplemente la ve como una hermana… Una hermana insoportable, eso sí.

-¡Zorra! –Grita con el sonido de la puerta aún retumbando en sus oídos.

-¡Sigo aquí, estúpido!

La voz llega un poco lejana y Blaise se sienta en el sofá. Mañana hablará con ella.

Cambiando Los Papeles [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora