Love will tear us apart.

Capitulo 13: Mi cabeza en alto y mis lagrimas secas.

Mi madre llego a la casa, pero no había rastro de Edgar.

–Mamá... ¿Y Edgar? –Pregunte. –Esta donde tiene que estar, Emily, Edgar ya está en la clínica de rehabilitación. –Contesto mientras  sus ojos se volvían cristalinos. 

No sabía que expresión utilizar, pensaba que mi madre iba dejar libre a Edgar. Pero a decir verdad Edgar se lo merecía. 

Me dirigí hacia mi mama y juntas empezamos a soltar en llanto, nos abrazamos ella me decía Emily veras que todo estará bien, tu hermano se va a recuperar, confía en DIOS.

Mi madre después de eso, se dirigió hacia su habitación y cerró su puerta con seguro. Me imagino que quería estar un momento a solas.

Yo me quede con la frase que me dijo mi mamá Veras que todo estará bien, confía en Dios. Confiar en dios, lo primero que pensé fue ¿Que ha hecho DIOS por mí?, DIOS hizo que Edgar cayera en adicciones, DIOS hizo que mi padre perdiera su actitud optimista, DIOS hizo que mi madre se volviera una mujer fría, y ahora DIOS haría que yo cayera en una gran depresión. ¿Entonces donde interfiere el poder divino, ese poder que es capaz de todo? 

En esos momentos tenía un cierto rencor hacia dios, sentía haber perdido la "FE", intentaba buscar un culpable y el único culpable que encontré fue Dios. Y sabía que no era lo correcto, porque después todo cambiaria. Pero en esos momentos estaba herida en el alma, no iba a ver a Edgar por un buen tiempo.

Después de varias horas llego mi padre y le platique todo lo que había sucedido.

– ¿Y tu madre? –Dijo alzando la mirada.

–Esta, en su habitación, hace 2 horas que no sale de ahí esta devastada.

– ¿Y ya intentaste curar a tu mamá?

–No, papá, no he podido. –Musite.

–Está bien Emily, voy a ver a tu madre. –Dijo mientras me daba un beso en la frente.

Era de noche, tenía demasiado sueño pero no podía dormir, en ese momento me llega un mensaje de Abigail, conteste a su mensaje rápidamente.

–Hola, Emily ¿Que me cuentas? –Contesto.

–Hay Abigail, paso algo horrible con Edgar. –Respondí.

–Dime, ¿Que paso?

Le conté todo lo que había pasado...

(...)

Al día siguiente, tenía que alistarme para ir al colegio, tome el autobús y fui directo al colegio. Yo iba con una actitud pesimista.

Abigail me observo y fue directo hacia mí, me abrazo y me dijo Tranquilo amigo, todo estará bien. Volví a soltar en llanto, pero esta vez no podía controlarlo. 

Ella me sonrió y trate de devolverle la sonrisa. Me dijo Ven vamos al salón amigo...