Capitulo 28: Estoy pagando a diario por errores del pasado.

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No Emily, Sebastián esta fuera de tu imaginación, ¿Crees que alguien como él, va querer estar como alguien como tú?, no seas tan ingenua. 

–Emily, querida ven la comida está servida. –Escuche a mi madre gritar.

–Si madre, voy. –Dije.

Apague aquel cigarrillo, y lo escondí debajo de mi cama, ya que a mi madre no le gustaba que fumara dentro de la casa. Intente ventilar mi recamara, pero creo que eran en vanos mis esfuerzos, el olor no se marchaba. 

Fui a la mesa donde se encontraba mi madre junto con Edgar. 

– ¿No fuiste a la escuela Edgar? –Pregunte confundida. 

–No, ¿Estas bien Emily?, te veo distraída. –Dijo intentando conectar su mirada con la mía.

–Si estoy bien, ¿Porque no iba a estarlo? –Dije nerviosa. 

–Puedes confiar en mí, veremos la forma de cómo ayudarte. –Sujeto mi mano y la apretó con fuerza.

–No, nadie puede ayudarme. –Suspire y sonreí. 

–Vamos a comer, hijos ya está la mesa preparada. –Interrumpió mi madre. – ¿De que hablaban? –Pregunto mi madre.

–De nada, todo está bien. –Conteste rápido para que Edgar no dijera nada.

–Si madre todo está bien. –Dijo Edgar. 

En los próximos minutos el ambiente se llenó de un silencio estremecedor, solo se intercambiaban miradas en la mesa. Mis manos no dejaban de temblar, estaba muy nerviosa. 

– ¿Que es ese olor? –Pregunto mi madre.

–No se dé que hablas madre. –Respondí rápido.

–Ese olor a humo de cigarrillo, viene del fondo del pasillo, ¿Edgar, no estarás fumando aquí en la casa? –insinuó.

–No madre, esta vez no fui yo. –Dijo Edgar. 

– ¿Emily? –Pregunto mi madre.

Alce mi mirada, y la dirigí hacia mi madre.

– ¿Si?

– ¿Estabas fumando dentro de la casa? 

–Sí, solo fue uno, ya que más da. –Dije histérica. 

–Sabes que no me gusta que lo hagas, y mucho menos porque lo haces.

–Tratare de no hacerlo. –Dije. 

Cuando acabe de comer, alce mi plato como siempre y fui directo hacia mi habitación volviendo a intentar sacar el olor, tuve que dejarlo ventilar, en ese tiempo me recosté en mi cama, tome mi celular para escuchar música, la primera canción que apareció fue the black keys everlasting light, amaba cada parte de esa canción, una de las mejores que han escuchado mis oídos. 

Al día siguiente me aliste para ir a la escuela, como siempre tome mi autobús y partí a la escuela, cuando llegue ahí Abigail estaba con Alex, y al parecer hablaban de mi porque cuando me acerque hacia ellos se quedaron callados, decidí no tomarle mucha importancia. Pero eso fue cambiando totalmente.

–Oye Emily, ¿Cómo dejaste a Alex por Sebastián? –Pregunto Jaime.

–No sé de qué me hablas, no digas estupideces Jaime. –Dije histérica.

–Ya todos saben que lo dejaste por Sebastián, y ahora todos piensan que andan porque cada día están más juntos. –Rio bajo.

–Lo que digan los demás a mí no me interesa, mientras yo sepa cómo son las cosas basta para callarlos. –Dije.

–Lo dudo mucho, ¿Y si sabes que Alex aun te sigue amando? –Dijo.

–No, no lo sabía, pero eso a mí no me importa. –Reí bajo.

Me di la vuelta y me marche de ese lugar, me dirigí hacia el salón con Ana, cuando llegamos al salón fui con Abigail para preguntarle lo que me había dicho Jaime. 

– ¿Es cierto que Alex me sigue queriendo?

–Sí, el aún sigue aferrado a ti, no te supera, se pone celoso de Sebastián, te defiende mucho cuando hablamos de ti, lloro cuando terminaron, el enserió se enamoró de ti y no te supera y no entiendo porque ¿Que le hiciste?

 –No lo entiendo, no le hizo nada. –Apreté mis puños con fuerza. 

Mi corazón sentía mucha culpabilidad, sentía que tenía que ofrecerle una disculpa a Alex, solo así podría continuar, sin culpabilidad. Pero lo haría cuando estuviera preparada. 

Ese día fue muy pesado para mí, solo quería llegar a mi casa y recostarme, al llegar a mi casa puse algo de música para relajarme, recuerdo que volví a poner joy división decades, esa canción me transmitía algo que no tenía explicación, pero no sabía el significado de su letras así que decidí buscarla. Al ver el video y la letra me quede pensando en ¿Y si acabo con esto?, ¿No creo que a nadie le importe?

Cuando encontré las respuestas a mis preguntas, fui a la habitación de mi madre a buscar una gran variedad de pastillas, después de eso me metí a mi habitación y empecé a tomarme aquellas pastillas, las tomaba con desesperación, con ganas de ya acabar con todo. Me recosté en mi cama esperando ya el momento de partir, cerré mis ojos, pero empecé a sentir nauseas, no podía controlarlo así que fui al baño a hacer cosas, me sentía mareada y fui hacia la cocina donde se encontraba mi madre. Tenía que atrancarme de la pared porque ya casi no podía controlar mis movimientos externos, hasta que caí al suelo inconsciente. 

Cuando desperté estaba en un hospital, mi madre estaba al lado junto con mi padre, y Edgar y Santiago al extremo de la habitación. 

–Ella estará bien, solo tiene que guardar reposo. –Escuche al doctor.

–Enserio va a estar bien, ¿Puede mañana ir a la escuela? –Pregunto mi madre.

–Sí, revisamos todo su cuerpo no fue nada grave, solo que si les recomendaría llevarla a un psicólogo, ella intento suicidarse señor. –Dijo el doctor.

–No doctor mi hija no pudo haber hecho eso, ella no tiene ningún problema, es una muchacha muy alegre. –Dijo llorando mi madre.

–Lo siento mucho señora, pero si no platican con ella no dudo que lo vuelva a intentar.

– ¿Ya no las podemos llevar doctor? –Pregunto Santiago.

–Solo esperen 30 min, y se la podrán llevar. –Dijo el doctor.

–Gracias doctor. –Dijo Santiago.  

El doctor se retiró de la habitación, durante los próximos minutos había un gran llanto por parte de mi madre, una mirada de enojo de mi padre, y una cara de decepción de mis hermanos. No podía lidiar con toda esa tención, cuando nos fuimos del hospital y llegamos a mi casa mi padre platico a solas conmigo.

– ¿Porque lo hiciste? –Dijo decepcionado.

–Padre no es por ser mala contigo pero no quiero platicar contigo, no te tengo mucha confianza.

–Como tú quieras Emily, pero eso si te digo que tienes dos opciones, ¿Te vas a una clínica de rehabilitación o vas a ver una psicóloga? 

– ¿Una clínica de rehabilitación?, por favor padre no tengo ninguna adicción como las que tenía Edgar. –Reí.

–No, pero no voy a permitir que te hagas más daño. 

–Adiós, no quiero ver a nadie, luego yo te digo mi decisión. –Dije indicándole donde estaba la puerta. 

Mi padre se retiró de mi habitación, yo quede devastada y solté en llanto, no tenía ganas de ver a nadie, pero me llego un mensaje de Sebastián, así que conteste. No sabía si contarle lo que había sucedido, pero tenía la necesidad además a Sebastián le tenía mucha confianza. Así que le platique todo. 

Sebastián me dio un buen consejo y una gran enseñanza de la vida, me hizo recapacitar, y decidí cambiar por mí, quería ser una mejor persona e intentar empezar otra vez. 

Love will tear us apart.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora